El Ministerio para la Transición Ecológica pretende poner fin a la actual política de trasvases y trabaja en su reforma de cara a la futura Ley de Cambio Climático, cuyo anteproyecto podría estar redactado a finales de año.

En la última comisión sobre política hídrica y cambio climático, hace un par de semanas, ya se aprobó un dictamen que hablaba de «redimensionar» los actuales trasvases de agua, ante la perspectiva de una reducción drástica de los caudales por el aumento de las temperaturas, además de negar la existencia de cuencas excedentarias y deficitarias.

Ayer, en una pregunta del diputado del Grupo Parlamentario de Unidos Podemos Juan Antonio López de Uralde, el ministerio respondía en el mismo sentido, llegando a calificar de «irresponsable» seguir por la senda de los travases.

La ministra Teresa Ribero afirmaba «que en España está vigente una normativa que no es interpretable respecto a la transferencia de agua desde los embalse de cabecera de la cuenca del Tajo hasta la cuenca del Segura» y que «mientras la norma actual esté en vigor, el Gobierno adoptará las decisiones que estén avaladas por los criterios técnicos correspondientes». El Ejecutivo mantendrá los envíos durante la vigencia de la normativa actual contemplada en el Memorándum del Tajo-Segura.

Acto seguido Ribero explica en su escrito que «la intención que tiene el Gobierno es la de aprobar un Proyecto de Ley de cambio climático y transición energética antes de que termine este año sustentado en un análisis científico que ofrecerá un escenario de país diferente al que se ha venido utilizando hasta ahora».

«A la vista de ese nuevo contexto, en su caso, sería irresponsable seguir manteniendo los mismos mecanismos de gestión de los recursos. Por eso, al citado Proyecto de Ley le seguirá una Ley de Transición Hidrológica que marcará las claves para poder trabajar en un escenario de reducción de disponibilidad hídrica de entorno a un 20 o 30%, que son las cifras que manejan los expertos, y en el que será cada vez menos viable recurrir a las transferencias externas de recursos», argumenta la ministra.

El posible recorte de trasvases entre cuencas como el Tajo y el Segura, que va tomando forma, es acogido por los regantes valencianos «con verdadera preocupación» pues aunque el informe aprobado hace semanas no era vinculante, servirá de base en la futura Ley de Cambio Climático en la que trabaja el Gobierno.

José Antonio Andújar, presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (Fecoreva), no dudada en en vaticinar «un futuro muy oscuro y muy negativo para el regadío», y recordaba que se les hizo la promesa de que se escucharía su voz en la confección del informe.

«Tenemos un déficit estructural en nuestras cuencas, hasta el presidente Ximo Puig lo ha dicho, pero ese déficit no se está reconociendo», insistía.