Las lluvias torrenciales que durante la última hora del miércoles y todo el día de ayer, jueves, cayeron en la comarca de la Safor, la Ribera y la Marina obligaron a cerrar colegios en dieciséis municipios, con más de 18.500 alumnos afectados.

Entre las localidades que suspendieron clases, y también muchos de ellos actividades vespertinas en polideportivos y centros públicos, se encontraban Gandia, Ador, Almoines, Barx, Beniarjó, Benirredrà, la Font d'en Carròs, Palma de Gandia, el Real de Gandia, Ròtova, Tavernes de la Valldigna, Villanueva de Castellón, Alfauir, Oliva, Rafelcofer y Senyera, según la Conselleria de Educación.

La precipitación, que a ratos alcanzó una torrencialidad extrema, con picos de más de 250 litros por metro cuadrado a la hora, llegó a acumular 320 y 300 litros en localidades como Ador y Ròtova. Fue precisamente en estas localidades y en Palma de Gandia donde, la noche del miércoles, se situó el ojo de la impresionante tormenta, acompañada por un espectacular aparato eléctrico, que incluso generó un temor generalizado y estuvo en el origen de numerosos cortes de electricidad.

Uno de los rayos impactó en un edificio de la calle Illes Canàries de la playa de Gandia, sin causar heridos. Según datos de dos estación meteorológicas de aficionados, entre Ador y Palma de Gandia cayeron, entre las 21 y las 22.30 horas, la friolera de 80 litros por metro cuadrado, lo que hizo saltar el agua por encima de aceras, e incluso entrando en viviendas.

Antes de las 10 de la noche del miércoles los servicios de emergencia ya tuvieron que actuar en el rescate de una mujer cuyo vehículo se quedó bloqueado en medio del agua en un camino de Marxuquera, en el término de Palma de Gandia.

Durante toda la noche la precipitación acumulada y el ritmo al que caía la lluvia causaron destrozos en caminos rurales y en infraestructuras agrarias, como los desprendimientos de márgenes y el arrastre de asfalto. También se acumularon sedimentos en los caminos, bloqueando el paso a los vehículos. Se cerraron nueve caminos. Hubo, en toda la Safor, decenas de casos en los que los coches se quedaron bloqueados y requirieron ayuda para poder salir.

Además, una buena parte de la zona afectada por las lluvias también lo fue por el incendio del pasado mes de agosto, que se inició en Llutxent y acabó extendiéndose hasta Gandia.

Por ello se detectó un considerable arrastre de materiales y ceniza. Algunos de los barrancos que bajan de las montañas de Marxuquera presentaban un agua turbia y de color gris. Afortunadamente el tiempo pasado desde el incendio ha permitido que algunas plantas arraiguen o rebroten, de manera que se ha reducido el daño ambiental respecto a si esas lluvias hubiesen tenido lugar inmediatamente después del fuego.

En cuanto a las afecciones a la red viaria, en la misma madrugada del jueves se tuvo que cortar durante tres horas la carretera CV-680 a la altura del Real de Gandia. Allí las obras de una rotonda han taponado el curso de un pequeño barranco y el agua inundó una extensa zona de terreno, llegando hasta la industria de Queserías Cuquerella.

El colegio público situado en el preventorio infantil, al que se accede justo por esa rotonda en obras, quedó aislado, y una decena de padres acudió a recoger a sus hijos por temor a consecuencias, si bien las autoridades garantizaron que allí no corrían ningún riesgo y, pese a que llegó a plantearse, no llegó a realizarse ninguna evacuación.

También se cortó la carretera que une la Font d'en Carròs con Oliva, así como varios tramos de vías secundarias que conducen a las playas del sur de la comarca, por eso las autoridades recomendaban desplazarse solo si era necesario y siempre por vías principales. Al cierre de edición, cinco vías rurales permanecían cortadas.

En muchas zonas urbanas del litoral el agua acumulada entró en las plantas bajas y, especialmente en Gandia, en aquellos establecimientos que se sitúan por debajo del nivel de las calles, obligando a achiques por parte de los propietarios y, en los casos más graves, de equipos de bomberos. Ese es un problema que se repite siempre en estos episodios de lluvia intensa y prolongada.

Pese al reguero de incidencias, puede decirse que la Safor soportó este impresionante episodio de lluvia torrencial sin consecuencias graves. Los elementos construidos en los últimos años para prevenir fuertes riadas y la acumulación de agua funcionaron bien en general.

Desde primera hora de la noche del miércoles empezó a registrarse una considerable crecida del caudal de los cursos fluviales. Así, los cauces del barranco de Beniopa y de los ríos Vernissa y Serpis, que permanecían secos, discurrieron en algunos momentos con un considerable caudal, pero nunca amenazaron con desbordarse.

También el río Vaca experimentó una crecida en Simat de la Valldigna que puso en alerta a Tavernes de la Valldigna. En esta población, a última hora, la Policía cortó la CV-50, en la circunvalación de entrada desde Simat y Alzira, a causa de la cantidad de agua acumulada.

Como curiosidad, en el puerto de Gandia se tuvo que habilitar un dispositivo especial para retirar y frenar la llegada de millares de cañas arrastradas por la corriente y que amenazaban con causar problemas en las maniobras de las barcas y buques que atracan en la dársena.