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Cibercriminalidad

Los casos de ciberataques se disparan con 30 al día

Un informe sitúa a València como la segunda provincia en número de denuncias con 6.080 en 2017

Acceso a información infinita a cualquier hora del día, compras que llegan desde la otra parte del planeta, pagos de multas, tasas e impuestos sin hacer cola en ventanilla, aplicaciones que mejoran la productividad industrial, formación académica sin clases presenciales, búsqueda de empleo y redes sociales que mantienen conectadas a miles de personas. Son solo algunas de las múltiples actividades a través de internet.

La sociedad vive pegada a una pantalla. De móvil, de tableta y de ordenador, en una invasión tecnológica que afecta al ámbito profesional y al personal. Las ventajas de las nuevas aplicaciones y su rápido crecimiento son cuantiosas. Sus riesgos, también. Y es que las mafias han encontrado en internet una puerta de entrada que no tiene control. Y los delitos se han disparado. La ciberdelincuencia crece y ha encontrado en la red de internet su zona de confort.

El último estudio sobre la Cibercriminalidad en España asegura que los delincuentes de la red aprovechan «tanto las vulnerabilidades de los sistemas informáticos como la confianza de los usuarios en dichos sistemas». Así, en tan solo tres años (de 2014 a 2017) los delitos informáticos han crecido en un 22 % hasta alcanzar los 81.307 casos registrados en 2017. De esta cantidad, el 75 % corresponde a fraudes informáticos y el 13,9 % a amenazas y coacciones.

Ahora bien, una cosa es denunciar el delito y otra muy diferente pillar al delincuente. Así, en 2017 los detenidos o investigados por los más de 81.000 casos registrados en España ha alcanzado la cifra de 4.912 personas con un procedimiento abierto por un ciberdelito. Es decir, solo el 27 % de las denuncias del año pasado ha tenido consecuencias para los infractores.

Desde el punto de vista geográfico, la Comunitat Valenciana ocupa el tercer puesto en el ranking de autonomías con más infracciones penales por internet (detrás de Andalucía y Madrid). De hecho, la Comunitat Valenciana registró el año pasado 10.842 denuncias de cibercriminalidad, lo que significa un registro de 30 ataques al día. Andalucía se encuentra a la cabeza con 15.458 casos, seguida de Madrid con 12.169 denuncias.

Por provincias, los datos aún empeoran más. València es la segunda con más ciberataques al registrar 6.080 denuncias en 2017 (lo que supone 17 delitos al día) y Alicante, la cuarta provincia en el ranking con 3.737 delitos denunciados (diez al día).

Los cibercrímenes incluyen estafas en compras, delitos sexuales, falsas ofertas de empleo, alquileres fraudulentos de pisos, falsificaciones informáticas, ataques contra el honor y contra la propiedad intelectual... La lista es cada año más extensa, conforme los delincuentes amplían sus campos de actuación.

Un perfil para cada delito

Ahora bien, el perfil de la víctima varía en función del delito. De esta forma, la mayoría de las víctimas de la ciberdelincuencia son varones (un 54,5 %), tienen entre 26 y 40 años y son objeto «de delitos de fraudes informáticos, amenazas y coacciones, y acceso e interceptación ilícita». Las mujeres, sin embargo, son la diana en delitos relacionados con el acceso e interceptación ilícita, contra el honor, por delitos sexuales y falsificación informática. Como apunte, el informe destaca que el número de delitos sexuales online ha aumentado un 34 % en solo tres años.

Según la Oficina de Seguridad del Internauta, uno de los fraudes más usados y menos conocidos es el «phising», una técnica para obtener información personal y bancaria de los usuarios. «Los delincuentes envían un email haciéndose pasar por una empresa o entidad conocida, y con cualquier excusa, pide que se acceda a un enlace para que el usuario actualice alguna información relevante bajo cualquier pretexto. La página web a la que accede suplanta a la entidad legítima de tal forma que los datos acabarán en manos de los ciberdelincuentes», explican desde la entidad. El primer consejo pues es ser precavido ante los correos que aparentan ser entidades bancarias y lanzan un mensaje extraño o alarmista. «Las entidades bancarias no actúan de esta manera», recalcan.

Otra de las irregularidades más comunes se encuentra en la venta online. «Hay que desconfiar ante páginas web que no facilitan información de la empresa, no cuentan con certificado digital u ofrecen varias formas de pago aunque realmente solo aceptan tarjetas de crédito. Cuando alguien ofrece un producto por internet a un precio mucho más bajo del real no es una ganga. Lo más seguro es que sea un fraude y una vez enviado el dinero, el anunciante desparecerá sin más», añaden.

Algo parecido ocurre con las ofertas de empleo. «Al buscar trabajo por internet se pueden encontrar ofertas que llamen la atención porque ofrecen un salario muy alto para el tipo de trabajo a desempeñar. Estas ofertas enmascaran un fraude, que tienen como objetivo robar los datos personales o incluso solicitarte realizar algún pago, con la excusa de pagar los trámites administrativos de contratación», explican desde la Oficina del Internauta.

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