Los servicios de Cirugía Ortopédica y Traumatología de los hospitales públicos mantienen a día de hoy su negativa a operar por las tardes, dentro del llamado plan de autoconcierto para ayudar a rebajar las abultadas listas de espera de la sanidad valenciana. La consecuencia inmediata es la anulación en estas últimas dos semanas de cerca de 300 intervenciones programadas, según estimaciones de los propios traumatólogos a falta de cifras oficiales.

La cifra, además, sigue subiendo cada día que pasa en una de las especialidades que, paradójicamente, mayor peso tiene en las listas de espera: una de cada tres personas esperando a entrar en quirófano tienen que pasar por las manos de estos cirujanos según el último corte trimestral de conselleria: 20.109 de los 61.800 totales.

Los profesionales mantienen su negativa a operar por las tardes desde el lunes 5 ya que entienden que salen perdiendo con el nuevo sistema de pagos de la conselleria, por operación realizada y no por sesión quirúrgica de tarde. Según el plan anterior, los profesionales cobraban 309 euros por sesión quirúrgica de 6 horas (que incluía unas tres operaciones de media) mientras que, con el nuevo plan activado por la consellera Ana Barceló, y que pretendía impulsar el autoconcierto para rebajar los pacientes que se derivaban a la privada, se iba a pagar por operación: a 142 euros la prótesis de cadera o a 72 la artroscopia de rodilla.

Los traumatólogos se quejan de que salen perdiendo y que tampoco se les ha consultado para llegar a esas compensaciones, rechazadas de forma unánime por todas las categorías profesionales. Tampoco la intentona de último minuto de Barceló de abrir la puerta a volver al pago por horas y no por operación en varios supuestos «excepcionales» como en las operaciones que se puedan complicar más de lo previsto ha convencido a los traumatólogos que han solicitado oficialmente una entrevista con los responsables de la administración a través de la Sociedad Valenciana de Traumatología.

Después de quince días de espera, la Conselleria de Sanidad les ha citado para esta semana en un encuentro con la directora general de Asistencia Sanitaria, Mª Amparo García Layunta. En ella, la sociedad científica pedirá volver de pleno derecho y no a través de excepcionalidades al pago por sesión quirúrgica y además, que las compensaciones se equiparen con lo que se está pagando en otras comunidades autónomas, amén de recordar que la solución definitiva y no eventual al problema de las listas de espera sería dimensionar las plantillas a la demanda actual.

Especialidad "atascada"

Si en la reunión no se logra acercar posturas, los cirujanos tendrán que esperar a la llegada de enero para conocer las nuevas tarifas a aplicar ya que la consellera anunció, en plena polémica, que los precios rechazados por el personal sanitario se recalcularían a principios de año y que solo servían para noviembre y diciembre. Mientras, las operaciones en traumatología anuladas podrían aumentar exponencialmente, lo que echaría por tierra la «recuperación» de las que las listas de espera se benefician en el último trimestre del año.

Además de llevar sobre sus hombros el peso de un tercio de toda la lista de espera (ya sea por cadera, rodilla, túnel carpiano, juanetes....), la traumatología ha sido la especialidad que peor parada ha salido en estos casi tres años de evaluación de las listas de espera. La decisión de Sanidad de paralizar el envío a la privada de las operaciones más caras a finales de 2016 disparó la espera hasta un 44 % con demoras de 136 días en junio de 2017 para las intervenciones de rodilla. Rebajar este pico de subida es una de las cuentas pendientes que tiene ahora la administración y el plante de los profesionales ante el plan de autoncierto por la falta de diálogo previo no va a ayudar, precisamente a ello.

Tres semanas de retraso en la nueva lista

La Conselleria de Sanidad tenía previsto publicar hoy 20 de noviembre la actualización de la lista de espera con los datos del último trimestre de julio, agosto y septiembre de 2018. Las cifras llegan con un retraso medio de tres semanas sobre las fechas de publicación «habitual» lo que ha llegado a despertar las críticas del PP, formación desde la que alertaban de falta de transparencia por ello. La adminsitración se ha escudado en cuestiones técnicas para explicar este retraso.