Que el verano no le sienta bien a las listas de espera es algo más que sabido y contrastado. Las vacaciones de los profesionales sanitarios, la falta de sustituciones y el consecuente cierre de quirófanos conlleva, anualmente, que el tiempo medio que los pacientes con alguna patología «no grave» deban de esperar para operarse se dispare en septiembre. Este año, sin embargo, la subida ha sido la más pronunciada desde que la Conselleria de Sanidad decidió hacer un seguimiento trimestral: si a finales de junio había que esperar tres meses para entrar a quirófano (90 días de media), a finales de septiembre son ya 121 días, cuatro meses completos tras un aumento de la demora de 31 días, el doble de lo que se registró en el mismo periodo del año anterior.

Además, y como consecuencia directa del parón en quirófanos son más las personas que engrosan esta lista: 63.949 pacientes frente a los 61.800 del corte anterior, además con una subida importante en el grupo de pacientes que llevan entre tres y seis meses de espera: si en junio eran más de 13.000 pacientes, el pasado mes de septiembre eran más de 20.600.

Casi seis meses en varices

En la lista pormenorizada de patologías no hay ninguna que se salve del aumento aunque, pese a él, la espera media final es dos días menor que en septiembre del año pasado, cuestión que ayer destacaron fuentes de la Conselleria de Sanidad.

Como ya sucedía tres meses antes, la operación de varices es la que peor parada queda con una espera media de 173 días, casi medio año tras aumentar la demora en otras 39 jornadas. Le siguen la intervención de prótesis de rodilla con 162 días de espera y un aumento de 41 días con respecto a antes del verano y los juanetes con 149 días de espera media, 42 más que en junio.

Las intervenciones traumatológicas siguen, además marcando máximos: 162 días para operarse de una prótesis de rodilla; 139 para una de cadera y 133 para someterse a una artroscopia.

El empeoramiento, aunque esperado, no le ha hurtado críticas a una Conselleria de Sanidad que se ha puesto este año como objetivo principal reducir de verdad estas cifras a través de un nuevo plan de autoconcierto para operar más en la pública que, sin embargo, está actualmente parado.

La nueva forma de pago por objetivos establecida por Sanidad, junto a los precios puestos a cada operación se han encontrado con el rechazo frontal de los profesionales que se negaron a principios de mes a operar más por las tardes con esas condiciones. El plante profesional se mantiene ya más de dos semanas lo que ha supuesto la anulación de centenares de intervenciones. Solo en Traumatología, especialidad que engloba a un tercio de todos los pacientes «en espera» se han anulado cerca de 300 operaciones.

Plante en el peor momento

El enfrentamiento con los profesionales sanitarios a cuenta del plan de autoconcierto llega, además, en el peor momento. El último trimestre del año es precisamente al que la administración fía la recuperación de las malas cifras que deja el verano. Este año, si el conflicto no se desbloquea pronto, el cuarto corte trimestral puede ser el peor de la serie con diferencia generando que la lista de espera vuelva a subir y no solo coyunturalmente por efecto del verano, sino de forma interanual.

Mientras, Sanidad ha tenido que aparcar el objetivo con el que la exministra Carmen Montón llegó a la conselleria de reducir las operaciones que se remiten a las privada, el llamado plan de choque. En estos años, la conselleria no solo ha aflorado el gasto oculto en esta materia en los presupuestos sino que ha mantenido la financiación de 11 millones de euros para este año y poder asumir los 14.000 pacientes derivados al año.