«La agresión física no es tan grave, pero la secuela emocional sigue... Me produce miedo volver al colegio pues tengo inseguridad ante el hecho de volver a encontrarme con esa alumna en el centro». Quien así habla es Alberto Galarza, el maestro del colegio público La Pinaeta de Sagunt al que el pasado 28 de septiembre el padre de una niña amenazó de muerte y le propinó un cabezazo en la frente.

Tras casi dos meses de baja por ansiedad, el docente critica que la conselleria «no ha tomado ninguna medida para mejorar la seguridad en el centro». «Quiero cambiar de colegio para volver a la normalidad», anuncia. Algo que no podrá hacer hasta septiembre, pues ninguna normativa prevé traslados para profesores víctima de agresiones de padres o alumnos, quienes para cambiar de centro deben acudir a las dos vías ordinarias que hay: el concurso de traslados o pedir una comisión de servicio.

El padre tiene una orden judicial de alejamiento que le impide acercarse a menos de 300 metros del colegio, del docente al que agredió y también del director de la escuela, al que presuntamente también amenazó. Será juzgado por de los delitos de amenazas y atentado a un funcionario público. Agredir a un docente, que desde 2010 está protegido con el rango de autoridad por una ley del Consell, puede acarrear penas de 5 años de prisión.

Pese a la orden de alejamiento, Alberto asegura que «el ambiente que hay entre el profesorado del colegio es de miedo y desmotivación». Lleva cuatro años en esta escuela y explica que ha sido testigo de «agresiones verbales, no físicas», por lo que algunos docentes «han tomado la vía de marcharse».

Galarza ha detallado la angustia que vive en el acto de presentación del informe del curso 2017-18 del servicio del Defensor del profesor que ofrece a todos los docentes el sindicato independiente ANPE, que revela que el 14,6 % del profesorado valenciano se siente amenazado y acosado por los padres de los alumnos. «Lo triste es que como la Administración no ha hecho nada en este caso de extrema gravedad, pues no se ha tomado ninguna medida, el docente tenga que irse del colegio», critica» el presidente de ANPE en la Comunitat Valenciana, Laureano Bárcena.

El maestro agredido cuenta que los abuelos de la niña, así como su madre «me han pedido perdón y me dicen que el padre está arrepentido. Acepto las disculpas, pero mi situación sigue siendo de angustia y de inseguridad». También detalla que la conselleria le ofreció asistencia jurídica, «pero aún no ha contactado nadie conmigo». «¡Han pasado dos mes y aún estamos así!», lamenta Bárcena.