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Isabel María Reig González: Una dama de 103 años

Isabel María Reig González

Tenía 103 años y cambió de vida. Se fue como era su costumbre en el orden; diciendo y preocupándose de las pequeñas cosas cotidianas, pero necesarias. Esperó con cierta inquietud la llegada de la hija que faltaba y después marchó por el camino misterioso de la otra vida. Era mujer de profunda creencias y consecuente con la fe que ella sentía. Isabel María Reig González de Regueral Alvargonzález y Bailly D'Ornais, dama de la real maestranza de caballería de Zaragoza. Nació en 1915 y le bautizaron Isabel, como a su madre y, como si de en una novela de García Márquez se tratara, ella impuso la tradición de Isabeles en la familia. Su vida no fue fácil. Su marido Felix Casaus Irisarri se fue joven y ella quedó desconsolada con sus cuatro hijos, cuidó de sus padres y sufrió la dolorosa perdida de su hijo Juan Félix y la de sus yernos.

Nunca perdió la sonrisa, una sonrisa que mucha gente recuerda como algo muy personal que acercaba y acogía. Daba mucha importancia a la bondad que transmitía a sus nietos; la importancia de obrar haciendo las cosas bien sin protagonismos, con generosidad y amor. Mujer vitalista, sabía gozar de todo aquello que la vida a veces regala, y sabía recibirlo y al mismo tiempo entregarlo. Compartía con sus hijas, nietos y biznietos la alegría de vivir. Para ella la amistad era muy importante; organizaba la salida con sus amigas, los juegos de cartas y las cenas de Xàbia donde sus hijas se convertían en madres; la esperaban e iban a recogerla. Pero sobre todo Le entusiasmaba jugar al continental con sus hijas y nietos y como quien no hace la cosa, casi siempre ganaba.

Había viajado mucho por toda Europa. Era una enamorada de Italia, pasó una larga temporada en Roma. Por sus 70 cumpleaños invitó a sus hijas a ese hermoso país y recorrieron Roma, Florencia, Venecia? Agotaba a sus hijas, ella era incansable ante tanta belleza. Ya con sus 100 años volvió a visitar el Palacio Real en una visita privada y sabía retener todo aquello que le llamaba la atención.

Mujer inteligente supo administrar su herencia con cabeza, ella que había nacido en épocas donde las mujeres no estudiaban? Sus mismas nietas se admiraban cuando hablaba de economía y de la bolsa? Estaba al tanto de sus cuentas que llevaba puntualmente en la cabeza. No le gustaba la política, pese haber sido nieta de Joaquín Reig Bigné, alcalde de Valencia en 1894/95. En Monteolivete hay una calle que lleva su nombre. Pero todos los días leía el periódico y los artículos interesantes que sus hijas le indicaban. Supo estar con los tiempos y sus transformaciones, se adaptaba a todo tipo de vida y comprendía sus cambios, porque sabía escuchar con profundidad el latir de la existencia y si se le preguntaba lo que más extrañaba o asombraba de esta época decía simplemente: "la velocidad". Era fuerte con una gran voluntad que regía sus actos y también era presumida. Jamás pisaba a la calle con bastón o sin pintarse los labios, para ella la presunción era pura estética. Formaba parte de la decoración de la Alameda. Todos los días salía a misa de una a las Esclavas. Las personas se detenían para saludarle, las basureras dejaban sus carritos y se paraban a conversar con ella y la mujer del quiosco extrañó su ausencia. Fue un entierro íntimo en familia, como a ella le gustaba.

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