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Propaganda electoral

La política se enreda

Compromís votó en contra y Podemos llevará la ley al Tribunal Constitucional porque permite crear «perfiles ideológicos»

La política se enreda

El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, se sentó delante de 435 miembros del Congreso de Estados Unidos en abril de este mismo año para dar explicaciones por el masivo robo de datos personales de los usuarios por parte de la empresa Cambridge Analytica. Sucedió en 2016 y la fuga de datos está estrechamente vinculada con la victoria de Donald Trump, utilizando la información recabada para distribuir mensajes políticos y condicionar el voto en favor del republicano. «Fue mi error y lo siento» dijo Zuckerberg. A partir de ahora, el «error» queda legislado en España y no será necesaria la disculpa por utilizar la información personal para fines políticos.

En España, el Senado ratificó el martes la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales, aprobada en el Congreso, que permite a los partidos políticos utilizar «datos personales obtenidos en páginas web y otras fuentes de acceso público para la realización de actividades políticas durante el periodo electoral». Es decir, cualquier usuario en redes sociales está expuesto a ver cómo sus comentarios, actividad e información personal es mercantilizada para segmentar el público que recibirá la propaganda política.

La ley abre una nueva puerta a la comunicación política on line, y más allá de la información que los partidos generen en las redes, los ciudadanos podrán estar informados de su campaña en nuestros dispositivos móviles, en el correo electrónico y hasta en la publicidad de las páginas que visitamos sin los controles a los que se somete a las empresas. Así lo contempla la ley: «El envío de propaganda electoral por sistemas de mensajería y la contratación de propaganda electoral en redes sociales no tendrán la consideración de actividad o comunicación comercial».

Pero ¿cómo se relacionan los partidos políticos en las redes sociales? En estos momentos, es un canal «fundamental» de información institucional, como reconocen todos los partidos consultados, que cuentan con su propio «Redit» (Responsable de comunicación Digital). El pico de una pirámide jerárquica que replica el cargo en las estructuras municipales para que el mensaje circule de arriba a bajo y viceversa.

Los cinco partidos consultados convienen en una de las primeras lecciones de comunicación digital: cada plataforma tiene un lenguaje diferente. En Twitter predomina la actualidad y la instantaneidad, es el lugar donde más puede marcarse el mensaje. Sin embargo, es Facebook quien más oportunidades da para explicarse y profundizar. Instagram, sin embargo, tiene que ser contenido fresco para un público más joven. Todo con un único objetivo: el engagement, el anglicismo que se utiliza en marketing para hablar de compromiso e implicación. Y esto es lo que la nueva ley de Protección de datos va a facilitar: seducir a posibles votantes que hayan expresado en alguna plataforma digital una tendencia política. A ellos se les lanzarán los dardos propagandísticos.

Ninguno de los cinco partidos ha comenzado a trazar la estrategia digital para la campaña electoral por lo que no pueden plantear aún si harán uso o no de estas técnicas.

Sin embargo, hablan desde la experiencia diaria y la adquirida en los últimos tres años. Las redes definieron la campaña autonómica de 2015, pero en la cita de 2019 serán decisivas. Si en 2015 los periodistas hacían malabarismos para abarcar la comunicación tradicional y la digital, ahora los departamentos están bien diferenciados: medios de comunicación y redes sociales, para las que hay fotografía, vídeo y postproducción. Todo ello, además, diseñado adhoc al candidato que se presente.

Los medios de comunicación interpretarán la actualidad, pero los partidos hablarán con sus votantes «de tú a tú» en las redes . Sin ningún intermediario.

«Es una herramienta de propaganda más eficiente que las tradicionales» afirma Guillermo López, director del departamento de Periodismo de la Universitat de València, quien lamenta que «conquistarán el espacio público y se lo apropiarán con más derecho por ser partidos políticos», concluye.

De hecho, la preocupación también se ha instalado en algunos partidos. Compromís votó en contra de la ley en el Senado y Unidos Podemos anunció que la llevará al ley al Tribunal Constitucional porque permite la creación de «perfiles ideológicos» de los ciudadanos además de vulnerar el derecho a la intimidad de los cibernautas.

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