¿Qué evolución ha vivido en España el Partido Comunista?
Se ha transformado desde la Transición. Fue la única organización de izquierdas y acogió a todos los sectores. Luego la izquierda perdió peso específico pero desde la crisis de 2007 se ha invertido. La sociedad vio que el sistema no garantizaba sus derechos y creció la participación política. Hoy teníamos 10 afiliaciones nuevas; hay interés.
Dicen que fue decisivo en la pacificación de EUPV. ¿Está cosido?
La desaparición del conflicto interno es la voluntad de fortalecer del País Valenciano. El debate es bueno, el enfrentamiento interno no. Una vez hay consenso, hay que trabajar con otros actores de la izquierda valenciana que es el reto más difícil.
En la candidatura de IU al parlamento europeo, la representación valenciana no va en puestos de salida como en 2014.
El estado tiene 17 comunidades y es lógico que quienes iban en primer puesto lo cedan ahora. Marina Albiol o cualquier candidato podría haber repetido y no lo han hecho. Las críticas han sido individuales [de Ricardo Sixto] y no ha optado por incluirse en la lista, hecha unitariamente con las propuestas que han llegado, y tampoco ha presentado una alternativa. Me sorprende la crítica, es un excelente diputado pero brusco a la hora de relacionarse. La encabeza Madrid, Andalucía y Galicia, que no estuvieron en 2014.
¿No simboliza cierta debilidad no estar en la lista?
No hay ninguna crisis, la encabezan comunidades con más representación institucional. En Galicia somos la segunda fuerza, la oposición real al PP. No hay que confundir la opinión individual con la de la organización, EUPV votó a favor.
¿Cómo ve la confluencia con Podemos a nivel autonómico?
La izquierda tiene que unirse para construir alternativas de gobierno creíbles y aprovechar el sistema electoral. Hasta ahora en el País Valenciano no hemos visto una posición por parte de otros actores [Compromís] lo suficientemente constructiva, pero no nos desestimula; al revés, nos anima a vencer dificultades. Hay partidos más nuevos que no acostumbran a tejer alianzas políticas, pero frente a eso, paciencia y nivel constructivo.
Alberto Garzón vinculó la disposición de Compromís a pactar aquí con EUPV y Podemos a repetir en un pacto nacional.
Empieza un ciclo nuevo. Hace falta la máxima unidad y anteponer los intereses colectivos a los locales. Hay que ser flexibles y adaptarnos a cada ámbito de trabajo y una vez adaptados, los acuerdos se cumplen. Que haya diversidad, pero que no sea la excusa para incumplir acuerdos. Hay que ser leales. Podría haber un pacto con Compromís en las generales y todos se deberían a él, pero no es legítimo salirse.
El PP vinculó su condena al franquismo a condenar el comunismo. Por alusiones, ¿qué opina?
No nos extraña que se niegue a votar en contra del franquismo, el perro no come perro. Que la excusa para no condenar el franquismo sea sus objeciones respecto a un partido que le ha dado lecciones de democracia desde su creación demuestra la falta de ética y que siguen siendo muy franquistas.
¿Está satisfecho con las investigaciones judiciales que ha desencadenado el caso Bárcenas?
El PP ha hecho lo posible por impedirlo. Llevo 30 años de abogado y nunca he visto que en el envío de las actuaciones a la Audiencia Nacional desaparezca el documento, coincidiendo con la policía política de Cosidó. Hubo que reconstruir el sumario. El PP está al borde de ser ilegalizado y si es culpable, una de las sanciones es su disolución. Yo sería prudente no vaya a ser que sean ilegalizados por corruptos y por obstruir a la justicia.
¿Y la vertiente valenciana?
Un partido que se define como cristiano y aprovecha hasta la venida del Papa para meterle mano a la caja pública, cualquier consideración ética es pura falacia que tapa un ánimo de enriquecimiento personal sin límites.
