Un pueblo unido por el dolor y la amargura de pensar como sus marineros están a miles de kilómetros de casa sin que nadie les de una solución, con 11 migrantes a bordo, rescatados en alta mar, para los que no les han dado un puerto donde poder desembarcar. Un pueblo marinero convertido en otra Fuenteovejuna. Los asistentes a la concentración de ayer en la Glorieta de Santa Pola mostraron con rabia y satisfacción que el Nuestra Madre Loreto vuelva a casa. «¡Que venga el barco a Santa Pola! ¡Que los traigan ya, como sea. Estamos derrumbados», clamaba la tía del patrón.

El medio millar de personas concentradas en la céntrica plaza, entre familiares de los marineros, amigos y vecinos, exigieron al Gobierno que devuelva a casa lo antes posible a toda la tripulación, incluidos los refugiados. «Somos españoles, venimos a casa y nadie lo va a poder impedir», gritaba anoche un familiar de otro marinero, mientras una mujer aseguraba que no le daban ningún miedo las posibles represalias por atracar en un puerto sin autorización. «¡Que nos detengan todos! ¡Que vengan a por nosotros, que aquí estaremos!», aseguraba.

La concentración tuvo el apoyo del Ayuntamiento local y contó con la presencia de numerosos componentes del equipo de gobierno, incluida la alcaldesa Yolanda Seva. La primer edil recibió el apoyo del director territorial de Presidencia de la Generalitat en Alicante, Esteban Vallejo, y de la diputada autonómica socialista, Toñi Serna. Seva, declarada «sanchista», soportó con estoicidad las críticas lanzadas a Pedro Sánchez. «Mientras el Gobierno de España está en Argentina, nosotros tenemos a nuestros familiares en una situación crítica, y nadie nos da una solución», decía ayer de forma desesperada, sin reprimir las lágrimas, la hermana de uno de los tripulantes.