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Entrevista

Carmen Montón: "Dimitir fue acertado. A veces hay que hacer sacrificios"

«Solo he pensado en demostrar mi honestidad. Ahora quiero estar tranquila», asegura tras el archivo del caso máster

Entrevista a Carmen Montón tras el archivo de la causa del máster

Entrevista a Carmen Montón tras el archivo de la causa del máster

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Entrevista a Carmen Montón tras el archivo de la causa del máster Alfons Garcia | valència

Carmen Montón (Burjassot, 1976) vuelve a sonreír. Tras unos minutos de conversación, queda claro que estaba feliz en el Ministerio de Sanidad, que tuvo que abandonar en septiembre por las presuntas irregularidades en el máster de Estudios de Género que realizó en 2010 en la Universidad Rey Juan Carlos. La jueza archivó esta semana un caso que se inició a raíz de un anónimo y ella, que se enteró por la prensa, asegura estar «tranquila y contenta» porque las explicaciones que dio «se confirman judicialmente». «Puedo decir con más fuerza lo mismo que dije aquel día», sostiene. Para la oposición política persisten las dudas sobre la ética de su actuación, pero la exconsellera, que recita de memoria fragmentos literales de la resolución judicial, no se cansa de repetir que no recibió trato de favor.

¿Fue un error dimitir? ¿Se arrepiente?

En aquel momento estaba convencida de que era la opción acertada. A veces hay que hacer sacrificios para preservar un bien superior. El gobierno de Pedro Sánchez está viniendo muy bien a España y pensaba que tenía que hacerme a un lado para no influir en el gobierno.

Judicialmente ha quedado limpia, pero ¿éticamente cree que actuó correctamente en todo el proceso de inscripción y realización del máster?

Dije que no había cometido ninguna irregularidad y que lo había hecho lo mejor que supe. No es una cuestión que lo diga yo, la propia Fiscalía lo afirma tras su investigación. Dice textualmente que demostré interés por conocer las asignaturas y superarlas. La universidad lo dijo también y pidió el sobreseimiento al no ver ningún indicio de lo que se me está acusando.

¿No hubo trato de favor? ¿No se benefició de su posición de diputada?

Tanto la Fiscalía como la universidad vienen a corroborar que no recibí ningún trato de favor. La universidad afirma que no tuve ningún privilegio y que mi actuación fue normal, como la del resto de alumnos y alumnas.

¿Y el asunto de la copia de una parte del trabajo de fin de máster, que estaría sacada de artículos de internet?

Eso forma parte también del anónimo y el fiscal y la jueza lo desechan absolutamente, porque no hay delito de plagio. No es el trabajo del que más satisfecha me puedo sentir, porque hay errores en la citación o en la bibliografía, pero en ningún caso es con ánimo de usurpar la propiedad intelectual ni de lucro. En aquel momento lo hice lo mejor que pude y supe. Hoy, con más experiencia y conocimiento, lo haría de otra manera.

¿Cree que la política le debe algo tras este episodio?

Estoy agradecida por todo el tiempo que he desempeñado una responsabilidad pública.

¿Y ahora qué? ¿Dónde se ve en el futuro inmediato?

Me veo tranquila. Ni siquiera he tenido tiempo de reflexionar. He estado dos meses implicada en la defensa para demostrar mi honestidad. No he pensado en otra cosa, así que me voy a tomar unas semanas, o unos meses, para poder estar tranquila.

¿Con el objetivo de continuar en la política activa?

Soy militante del PSOE casi desde que tengo uso de razón. Por tanto siempre estaré en la militancia. Lo llevo en el corazón y estaré con mis compañeros y compañeras siempre.

¿Bruselas, el Europarlamento, es una opción?

No tengo la cabeza en eso. Estoy en seguir perteneciendo a la familia socialista y no tengo la cabeza puesta en más allá de las próximas semanas.

¿De consellera no se ve?

Insisto: quiero estar tranquila un tiempo y no pensar en nada más allá de lo inmediato.

¿Y de gerente del hospital de la Ribera?

[Ríe] Es una pregunta con maldad. Ya le digo que no me veo en ese camino.

¿Comprende mejor a Cristina Cifuentes tras su experiencia? ¿Tienen algo que ver ambos casos?

La justicia ha dejado claro que no es así [Cifuentes ha sido procesada].

¿Quién cree que está detrás del anónimo? ¿A alguien le interesaba apartarla de la gestión pública de la sanidad?

Que cada uno saque sus conclusiones. Cualquiera se puede preguntar a quién no conviene que una persona con mis características esté en primera línea. En todo caso, esa denuncia anónima casi ha quedado en falsa.

¿El sector privado de la sanidad es un enemigo poderoso?

Todas las decisiones que he tomado han estado mandatadas por dos pilares: el cumplimiento del Pacte del Botànic, que es la palabra dada a la ciudadanía, y el bien común, que entendía que es trabajar por la sanidad pública, la de todos. Es evidente que no se hace a gusto de todos, pero merece la pena y hay que hacerlo de manera contundente y convencida.

¿Qué ha aprendido en estos dos meses: desde la dimisión hasta el archivo del caso?

Me he sentido muy acompañada, sinceramente.

¿No se ha dejado amigos por el camino?

No ha habido un antes y un después. He recibido mucho cariño, que me ha ayudado a seguir tranquila. He aprendido que tenía una familia más grande de la que yo creía.

Lo normal es lo contrario.

Estas situaciones ponen a prueba muchas cosas. En este caso, los afectos han sido importantes y lo agradezco.

¿Los partidos se han excedido en las líneas rojas contra la corrupción?

Veníamos de un tiempo muy malo. Como valencianos lo hemos sufrido especialmente. Entonces, el listón de la autoexigencia se puso muy alto. Quizás sí que en algún momento, cuando sea, hay que hacer una reflexión sobre seguir haciendo política a dentelladas. Hay que buscar más el diálogo y el pacto. No lo digo por mi caso, sino por la situación en general.

La incógnita es si diría lo mismo antes de todo lo que ha pasado con el máster.

Creo que sí. La cultura del diálogo y el pacto es la que hemos intentado en la Comunitat Valenciana. Si quieres que algo dure, tienes que acordar, no puedes tener una estrategia de aniquilación del contrario. La democracia es respeto.

Su proyecto estrella en la C. Valenciana, que llevará su marca, es la reversión del modelo Alzira de privatización de la sanidad. Tras la finalización de la concesión, los partidos de la oposición dicen que han aumentado los tiempos de espera. ¿Qué pasa? ¿No fue tan buena idea la reversión?

Lafinalización del contrato, que vencía después de más de una década, es el cumplimiento de la palabra dada del Gobierno de Ximo Puig y eso tiene un valor inmenso en política. Cumplir la palabra debe ser una seña de identidad.

Y si las cosas luego no funcionan en la práctica tan bien como se pensaba...

No soy de esa opinión. La Conselleria de Sanidad seguro que puede ofrecer los datos concretos, pero creo que el conjunto de la ciudadanía ha salido ganando.

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