Si el resultado de las autonómicas andaluzas podía servir a los partidos en la Comunitat Valenciana como banco de pruebas, el terremoto político vivido en aquella autonomía, con un triunfo del bloque de derechas por primera vez en casi cuatro décadas, deja claves para la política valenciana que anoche ya desgranaban los dirigentes políticos de los principales partidos valencianos.

De momento, la caída del PSOE, la elevada abstención y el hecho de que el discurso nacional haya arrinconado durante la campaña de forma clara al autonómico tienen una primera traslación para la política valenciana, la de enterrar definitivamente el debate sobre un hipotético adelanto electoral de las autonómicas valencianas e incluso de las generales ya que con este resultado difícilmente Pedro Sánchez anticipará los comicios. Hay otro dato para las izquierdas y es que en Andalucía vuelve a demostrarse que la unión de Podemos e Izquierda Unida no suma para el electorado.

La presidenta del PP en la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, aseguró anoche que los andaluces «han dicho que no quieren más políticas de izquierdas, lo que acaba con la hegemonía de 36 años de gobiernos socialistas».

«Es un castigo muy grande a las políticas de Pedro Sánchez y existe una oportunidad para que se produzca un cambio en Andalucía», aseguró la lideresa popular. «En clave nacional se produce un cambio de tendencia», añade Bonig.

«El bipartidismo está agotado»

Para el síndic de Compromís, Fran Ferri, los resultados demuestran que el bipartidismo «está agotado y que cuando el PSOE pacta con Ciudadanos su electorado se queda en casa». El dirigente valencianista asegura que ante la entrada del fascismo desde Compromís no miraremos a otro lado y plantearemos batalla contra el odio con un proyecto que está mejorando la vida de las personas», añade.

«Terremoto imprevisible»

El número dos del PSPV, Manolo Mata, asegura que lo ocurrido anoche en Andalucía con la victoria de las derechas y el ascenso de la ultraderecha supone «un terremoto de consecuencias imprevisibles». En su opinión, ese resultado en cualquier otro país europeo forzaría acuerdos entre los partidos demócratas excluyendo a la extrema derecha, pero en Andalucía «parece que PP y Cs dan por supuesto que gobernarán con el apoyo de Vox». «La realidad es que son resultados muy difíciles de leer», añadía el síndic.

El secretario general de Podemos en la Comunitat Valenciana, Antonio Estañ, aseguró anoche que era un día «triste para Andalucía y para España». En su opinión, el resultado de Adelante Andalucía, la marca de Podemos e Izquierda Unida, no ha sido el esperado y la baja participación «muestra un desencanto hacia el gobierno de la socialista Susana Díaz que nadie había recogido». Para Estañ, la vía andaluza del PSOE, con un acuerdo con Cs, partido con el que se ha apoyado estos años «no plantea alternativas y desmoviliza a los electores y ante esa desmovilización, los sectores reaccionarios (en referencia a Vox) han avanzado ante la desmovilización de las opciones progresistas».

Para el dirigente de Podemos, la entrada de la extrema derecha «es un advertencia enorme sobre la necesidad de construir proyectos de cohesión social que extiendan derechos frente al discurso de la xenofobia». «La reacción ante ese resultado debe ser reafirmarnos en la importancia de nuestro espacio político como un proyecto de país con futuro que no deje a nadie atrás, amplíe derechos y combata la desigualdad y la vía valenciana marcada por el diálogo entre las opciones progresistas debe servir de referencia para plantear alternativas basadas en los derechos».

La portavoz de Cs, Mari Carmen Sánchez, añade que es el claro ejemplo «de que ha llegado la hora de pactar, desde el centro, desde el constitucionalismo y desde la sensatez». «Solo un proyecto de centro consolidado y moderado como es Cs puede liderar el cambio ya que es un proyecto de futuro».