Los tres partidos que componen el Botànic miran con perplejidad cómo un escenario que no contemplaban se forma ante ellos. Uno que, además, sus figurantes están por la labor de formar o, al menos, no lo rechazan de primeras. Se trata de pactar con la extremaderecha del espectro político, encarnado en Vox, y las respuestas de PP y Cs son vagas: «El voto es muy volátil y puede pasar cualquier cosa en seis meses», dicen en el PP. «Es muy pronto todavía», responden en Cs.

Ambos partidos alegan que no se puede hablar de «política ficción» ni trabajar sobre hipótesis hasta que no estén los hechos «encima de la mesa», dijo ayer la popular Eva Ortiz, quien aseguró que están dispuestos a hablar con cualquiera, como ya hacen con Podemos y las enmiendas que sacan adelante pese a ser un partido «en el otro extremo ideológico», explicó Ortiz.

La izquierda asiste con preocupación a lo que considera un coqueteo ante la falta de contundencia de las derechas. Preguntados por Levante-EMV, PSPV, Compromís y Podemos responden con rotundidad sobre una alianza con Vox. «Jamás», dice el socialista Manolo Mata. «No, nunca», afirma Fran Ferri. «En ningún caso», zanja Antonio Estañ.

De hecho, ayer Ferri hizo suya la causa contra la extremaderecha cuando declaró ante los medios de comunicación que en caso de que Vox entrara a gobernar, «yo, como persona homosexual, estaría señalado». Y no solo eso porque, junto al colectivo Lgtbi, las mujeres también serían otras de las perjudicadas: «¿Quitarme derechos a mí o a las mujeres maltratadas resolvería el problema de la gente?» se preguntó Ferri.

Cuestionados abiertamente sobre si consideran a Vox un partido de la derecha radical, el PP elude la respuesta directa porque cree que los clichés y las etiquetas no son buenas, aunque sí asegura que se trata de una fuerza «situada a la derecha del PP».

En Cs replican la postura de Albert Rivera. «Yo sé lo que es Cs, un partido liberal, progresista, constitucionalista y europeísta. No le vamos a hacer campaña a otros partidos que no tienen representación en las Corts», dice Mari Carmen Sánchez.

Para Podemos no hay vuelta de hoja: Vox es el discurso del PP y Cs convertido en partido y tiene «todos los ingredientes» para ser un partido de ultraderecha. Compromís califica de «impresentable» que en Andalucía ambos partidos se planteen pactar con la formación. En el PSPV les gustaría ver una alianza andaluza donde no se atente contra la Constitución.

Por contra, Eva Ortiz llama a respetar la voluntad de los ciudadanos, mientras que Mari Carmen Sánchez pide «responsabilidad» para propiciar el cambio que han pedido los ciudadanos.