El papel de la Constitución, el clima de esperanza que generó y si es necesario cambiarla. Sobre estos asuntos ha reflexionado hoy en Torrent el embajador de España en la Unesco, Andrés Perelló, que ha participado en un acto en la ciudad en el que se ha rendido homenaje a las víctimas del terrorismo, dedicándoles una plaza.

Perelló ha opinado que "la Constitución no está escrita en piedra ni en un diamante. Como toda obra humana, es cambiable y hay que adaptarla a los tiempos. Ahora bien, el cambio no tiene que signifricar la renuncia a lo que ha supuesto. La Constitución Española supone la mejor anomalía que hemos tenido en nuestra historia como país porque es el período más largo de democracia que ha vivido España a lo largo de su historia".

El embajador ha analizado que "hubo otras más cortas o que no llegaron a aplicarse o que fueron anuladas por el absolutismo, por hacer referencias a la modernidad" y también ha recordado que "hubo un tiempo en el que nos enfrentábamos unos a otros y expulsábamos a otros por no tener la misma religión" por lo que, frente a ello, "todo este tiempo han sido 40 años de libertades." ¿Que se han cubierto bien? ¿Que hay una nueva generación que la quiere cambiar?, perfecto, habrá que cambiarla, pero si es posible con el mismo consenso que tuvo esta para que dure al menos 40 años más", ha esgrimido.

Para Perelló, un futuro textp constitucional tiene que "resolver problemas en el marco territorial, llevar la igualdad de género a sus últimas consecuencias y ampliar la carta de nuevos derechos a otros que cuando se hizo la Constitución no estaban como el derecho a morir dignamente o la transparencia a todos los niveles", además de "todas aquellas cuestiones que los grupos políticos o la ciudadanía quieran plantear. Nada es para toda la vida y nada es fijo".