En pleno debate sobre la organización de España y la posible reforma constitucional, el barómetro del CIS hecho público ayer arroja resultados llamativos sobre la preferencia de los valencianos respecto a las fórmulas posibles de arquitectura territorial.

Cerca de un 29 % de los encuestados para el informe de noviembre considera que el diseño idóneo sería un Estado con un único gobierno central sin autonomías. Esta opción, que defienden partidos de ultraderecha como Vox, no es la opción primera recogida en la muestra, pero gana algo de terreno respecto al mes anterior, cuando los partidarios de acabar de forma radical con la descentralización eran el 27,5 %.

El rechazo a un Estado con autonomías detectado en la Comunitat Valenciana es prácticamente idéntico al que se da en Madrid. Sólo dos autonomías arrojan un porcentaje superior de apoyo a un Gobierno central único: Castilla-La Mancha y Aragón.

Con todo, en el ámbito de la Comunitat Valenciana son mayoría quienes defienden un Estado autonómico. La mayoría, casi un 37 %, prefiere que las cosas se queden como están y por lo tanto no apuestan por una reforma constitucional para avanzar en el autogobierno.

Es un melón que prefieren que no se abra al estar conformes con la situación actual. Un 12 %, en cambio, considera que se debería avanzar en un Estado en el que las comunidades tuvieran un mayor grado de autonomía, mientras que sólo un 5,9 % apuesta por la solución de la independencia de los territorios. Ahora bien, esta preferencia ha crecido un 2,3 %.

Donde no hay prácticamente movimientos es en el «sentimiento nacionalista» de los valencianos. La llamada «identidad dual» es la que triunfa: el 59,2 % de los encuestados declara sentirse tan español como valenciano (en octubre el porcentaje era del 59,3 %).

Por otra parte, el 22,9 % se siente «únicamente español» (el mes anterior eran el 22,5 %). Lo llamativo de este último indicador es que solo es superado en Castilla-La Mancha (45,8 %) y Castilla y León (29,2 %). El dato valenciano es similar al de Cantabria (22,5 %) y superior al de Madrid (20,9 %). Da pie a pensar el alcance que pueden tener las propuestas recentralizadoras.