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'El abogado humanista' es un libro "exploratorio, que no define, insinúa"

La letrada Teresa Arsuaga presenta su libro sobre derecho y literatura en la Fundación Cañada Blanch de València

David Blanquer, Teresa Arsuaga y Paula Sánchez, ayer en la Fundación. / g. caballero

La doctora en Derecho y especialista en mediación, Teresa Arsuaga, ha escrito el libro El abogado humanista no para ofrecer un decálogo de qué debe hacer un abogado para ser humanista sino para «presentar una perspectiva novedosa del Derecho, de la actividad de los letrados y de su formación».

Arsuaga define El abogado humanista como un «libro exploratorio, abierto, que no define sino que insinúa... Se insinúan caminos para llegar a actitudes, sensibilidades y capacidades». Derecho como pilar básico para la democracia».

Arsuaga se ha inspirado para escribir su obra en las ideas planteadas por James Boyd White y Richard Weisberg, abogados, profesores de literatura y dos de los más destacados miembros del movimiento norteamericano Law and literature studies (Estudios de Derecho y Literatura) en EE UU durante los años setenta y que alcanzó su máxima extensión en los años 80 y 90.

Un movimiento que surgió, detalló Arsuaga durante la presentación del libro, como reacción a la «imagen reducida del ser humano que manejaban los métodos científicos frente a la complejidad con que puede hacerlo la literatura, la escasa voz que se daba a los desfavorecidos, la baja calidad de algunas decisiones judiciales y el alto nivel de tolerancia a la tortura».

Entre otros casos, ambos autores realizaron un análisis de los juristas que colaboraron con la Francia de Vichy, el régimen pronazi que instauró el mariscal Philippe Pétain entre 1940 y 1944 en parte del país galo.

Unos juristas que «no eran antisemitas, pero sí evasivos y poco comprometidos. Fue su formación y el estado de la cultura lo que hizo que no defendieran los principios de libertad e igualdad y no lucharan contra la situación que tenían delante».

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Arsuaga aspira a que su libro se estudie en las Facultades de Derecho. Porque, asegura, «si no entendemos el sufrimiento de los otros, no los protegeremos: los inmigrantes, los niños, las mujeres maltratadas, violadas, el perjuicio del estafado, los daños morales...» Una «empatía» que se puede aprender a través de la literatura para iniciar la senda hacia la abogacía humanista.

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