Nadie pegó ojo anoche en Estrasburgo, corazón de la política europea, y escenario de una atentado que a estas horas sigue manteniendo en vilo a miles de personas ya que el autor (o autores) sigue suelto. El terrorismo ha vuelto a sacudir al mundo, en especial a quienes allí residen ya sea de forma permanente o temporal en esta ciudad, y entre los que se encuentran, eurodiputados valencianos y su personal de confianza, desplazados a la ciudad francesa esta semana para asistir al pleno del europarlamento, que se celebra allí una vez al mes.

A algunos, como la socialista Inmaculada Rodríguez Piñero, el atentado le sorprendió en el edificio parlamentario; donde quedo encerrada hasta altas horas de la madrugada; a otros, como al jefe de los populares europeos, Esteban González Pons, la alerta le llegó mientras celebraba la cena de Navidad con el grupo popular en un restaurante de las afueras ciudad. También la diputada de EU Marina Albiol se encontraba cenando. Y a otros, como Enrique Guerrero (PSPV) y Carolina Punset (ex de Ciudadanos) también desplazados a Estrasburgo, la suerte les acompañó al encontrarse ya en sus residencias en el momento en que el terror se apoderó de unas calles que ellos mismos habían recorrido tan sólo unas horas antes. Este diario ha contactado con ellos para conocer cómo han vivido una de las noches más largas y amargas de sus vidas.

González Pons: "En lugar de pánico, hay solidaridad"

"Fue una noche larga, pero será un día más largo porque el autor sigue suelto", narra el popular Esteban González Pons, quien en conversación con este diario afirma que "la colonia de cargos públicos está a salvo". A Pons la noticia le llegó en un restaurante en las afuera de la ciudad. "Por desgracia no es la primera vez que me ha ocurrido algo así", explica en alusión al atentado en el aeropuerto de Bruselas, que también vivió en primera persona. A la pregunta de si sintió miedo, González Pons es rotundo: "En lo primero que piensas en hacer recuento, en saber que toda tu gente está bien. Y en estos casos, más que pánico lo que se desata es una red de solidaridad impresionante".

Pons, en su calidad de alto responsable europeo, estuvo pendiente de los tres grupos de políticos y asesores, que vivieron el atentado de forma muy distinta. Los que, como Piñeiro, quedaron atrapados en el parlamento; los que como él estaban en restaurantes fuera del centro y que pudieron regresar a sus hoteles o pisos sobre la 1.30 horas de la madrugada y sin grandes dificultades; y, por último, a quienes les tocó vivir los momentos más amargos al pillarles el tiroteo en el centro de la ciudad. Cuatro personas del equipo de González Pons se encontraron en esa situación y tuvieron que esperar hasta pasadas las cuatro de la madrugada para ser interrogados por la policía.

Pons pudo regresó al hotel a las cuatro de la madrugada y desde la siete de la mañana ha estado atendiendo a los medios de comunicación. Con la ciudad prácticamente en estado de sitio (los controles no son policiales sino militares), ha vuelto al Parlamento, donde esta mañana se ha renudado el pleno. Un intento de dar normalidad institucional en un ciudad en el que se han suspendido las clases escolares y en el que el centro era esta mañana un desierto.

Rodríguez Piñero, atrapada en el parlamento

Rodríguez Piñero fue la única eurodiputada valenciana a quien el atentado le pilló en el parlamento, un lugar en el que estuvo atrapada hasta prácticamente las dos de la madrugada y donde la información iba llegando con cierta confusión, aunque con una única instrucción clara: que no podrían salir hasta nueva orden del edificio.

"Consternados por lo ocurrido, pero con la mayor templanza e integridad que hemos podido, el pleno ha continuado", explica la eurodiputada, quien pasadas las doce intervenía en el pleno para defender unas enmiendas a favor de los diseñadores valencianos en el marco del debte del programa Horizonte Europeo: "Lo contrario habría sido dar la razón al terrorismo". Casualidades de la vida, a la misma hora del atentado, se debatía en comisión en informe europeo para luchar contra el terrorismo.

De madrugada, por las calles desiertas

Piñero fue de las primeras en salir ya que su hotel está en las afueras. Un coche oficial, compartido por otros cargos, la dejó en el alojamiento, desde el que estuvo pendiente del devenir de su personal de confianza hasta las cuatro de la mañana. Y es que, quienes tenían su residencia en el centro, la noche se alargó mucho más. Fue el caso de una de las asesoras de Piñero, la valenciana Carla González, quien bien entrada la madrugada, pudo salir del parlamento en un autobus escotado por la policía. "En todo momento nos dijeron que quienes vivíamos en el centro, si queríamos regresar, debíamos hacerlo bajo nuestra responsabilidad, que no podían garantizar nuestra seguridad", explica. "Tras cruzar el puente, el autobús se paró y en grupos nos fuimos caminando. En mi caso fueron quince minutos por calles vacías", recuerda.

Carolina Punset: "Se me cruzó el pensamiento de que podría ocurrir"

A Carolina Punset, eurodiputada del grupo mixto tras abandonar Ciudadanos, la suerte le vino anoche a visitar, ya que tan sólo dos horas antes del tiroteo había paseado con su hijo pequeño por los mercadillos navideños de la ciudad donde tuvo lugar el atentado. Punset, quien hoy tenía previsto pasar todo el día en el parlamento, aprovechó para dar un paseo ya que se aloja en el mismo centro.

En conversación telefónica con este diario, admite que ya por la tarde, antes del atentado, existía una sensación de alerta. "La vigilancia en Francias es absoluta y contínua, con militares en la calle", cuenta. "Mientras paseaba me llegó a cruzar el pensamiento de que, en un sitio así, con tanta multitud, algo podría ocurrir. Piensas que puede pasar", admite. Punset regresó a su apartamento sobre las seis de la tarde y fue a través de mensaje de su pareja, el diputado valenciano Alexis Marí, por el que le llegó la noticia.

"La sensación era rarísima, de silencio absoluta en el edificio", prosigue, para acto seguido narrar un episodio que, asegura, ha sido lo que más le ha marcado. "Mi edificio da a un patio y allí se congregó un grupo de personas, de aspecto islamista, que parecían celebrar algo". "Dudé incluso en llamar a la policía. No lo hice y sé que quizás estaba prejuzgando, pero en todo caso, descubrir que hay gente que se alegra de lo ocurrido, que exista es maldad, me gopea", reflexiona.

Punset, coincide con Piñero, en un reflexión: el temor de que este tipo de atentado, si se confirma que es de origen islamista, refuerce los estereotipos y dé aliento a la extrema derecha.

Guerrero: "Me fuí del lugar diez minutos antes"

Al también eurodiputado socialista Enrique Guerrero también le sonrió la suerte ya que escapó por los pelos del epicentro de la tragedia. Por la tarde, tampoco se encontraba en el parlamento (las sesiones duran más de diez horas), si no visitando el mercadillo navideño en una acción de apoyo a organizaciones humanitarias. El socialista es ponente en la comisión de ayuda humanitaria.

"Justo diez muntos antes de que pasara abandoné la zona y me fue caminado al hotel". "A los quince mnutos empecé a recibir las noticias y estuvo en contaco con mis comañros hasta las dos de la mañana". "Tuve suerte, porque ni estuve retenido, ni tuve problemas en llegar al hotel, pero está claro que estamos en situación de riesgo y en cierta medida esto nos va siguiendo", indica en alusión al atentado en Bruselas. Para Guerrero esta tragedia vuelve a Europa a abrir los ojos sobre la necesidad de coordinación permanente, así como de la necesidad de trabajar en la integración social y en la desradicalización de la vida en las prisiones. "Lamentablemente cuando la presión desaparece, cada país vuelve a mirar para adentro", añade. "Necesitamos soluciones europeas", concluye.