El cambio climático se ha convertido en uno de los principales problemas de la sociedad actual como consecuencia de las evidentes transformaciones que se están produciendo durante los últimos años. Sin embargo, el jefe de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez, destacó ayer en una mesa redonda organizada con la Universitat de València (UV) que «es difícil hacer comprender a la ciudadanía el cambio climático si no conocemos el clima en el que vivimos». Como ejemplo, expuso el caso de València que, desde 1238 ha vivido once riadas, lo que supone una cada 70 años.

Una de las consecuencias de este cambio climático es el aumento de la temperatura. «El verano térmico se ha alargado dos semanas más en la Comunitat Valenciana», recalcó. Además, desde 2000 se ha producido un incremento de 1,2 grados en verano, lo que «supone un impacto negativo en la agricultura y los incendios forestales, por lo que se acentúa la tipología de algunos de ellos como ocurrió en Llutxent». Por otra parte, también se ha producido un espaciado en el tiempo respecto a las lluvias torrenciales.

La profesora de la Universitat de Barcelona María Carmen Llasat afirmó que la temperatura media del planeta está aumentando, aunque «no de manera homogénea». Esta es una de las evidencias del cambio climático, además del incremento del nivel del mar y la pérdida de la cantidad de hielo.

El litoral mediterráneo es uno de los lugares que mayor incremento de temperatura ha sufrido durante los últimos años, por lo que «se ha iniciado un informe para reconocer el impacto que sufre el lugar». Llasat también explicó «el problema de las lluvias máximas, que son frecuentes en duraciones inferiores a 24 horas, aunque, por otra parte, hay más días consecutivos sin lluvias».Zona de riesgo

El investigador de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, apuntó que estos episodios comportan daños económicos y pérdidas humanas, ya que «en el litoral viven muchas personas en zona de riesgo».

Añadió que en el Mediterráneo pueden caer hasta 800 litros en 24 horas, lo que se debería ver reflejado en las infraestructuras. Advirtió que una parte de la población es extranjera, por lo que no conoce el terreno y esto puede incrementar el número de víctimas.

«La isla de calorseñaló el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, Javier Martín Vide. Añadió que se trata de «uno de los fenómenos más visibles», que se desarrolla en «el centro de las ciudades y se ha convertido en un riesgo, ya que se trata de una anomalía térmica que contrasta con la periferia».

Una de las causas que contribuye a este hecho es la capacidad calorífica de los materiales de construcción que se utilizan en algunos edificios de la ciudad. Esta isla de calor también comporta algunas enfermedades entre los habitantes, por lo que se está convirtiendo en un fuerte problema para la sociedad española.