El alcalde de València, Joan Ribó, ha defendido la necesidad de tener un corredor mediterráneo adecuado para viajeros y mercancías, que incluiria el túnel pasante y la Estación Central para liberar el túnel de Serrería de tráfico, porque sin está solución «València corre el peligro de volver a ser el semáforo de Europa». Ribó ha inaugurado junto a representantes del lobby Ferrmed, como Joan Amorós y Federico Félix, la jornada «El corredor mediterráneo y su impacto en las redes ferroviarias metropolitanas de los grandes nodos urbanos» que se celebra durante todo el día en el edificio Veles e Vents de València. A la cita debería haber asistido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha excusado su asistencia por motivos de salud. Ribó también lamentó los veinte años de retraso en la solución para los viajeros y las mercancías para València y que el ferrocarril no haya tenido la sensibilidad de integrarse en la ciudad».

El presidente de Pro-AVE y miembro de Ferrmed, Federico Félix, destacó el carácter «envalentonador» en la implicación de la sociedad «para que se dé cuenta de la importancia del corredor mediterráneo». Félix insistió en que «los valencianos ya hemos pagado el corredor, por lo que esto hay que moverlo y concienciarse, porque el corredor es fundamental para los intereses de España».

Por su parte, Joan Amorós, secretario general de Ferrmed, repasó las vicisitudes que ha tenido que superar la entidad desde que empezó a reivindicar el corredor mediterráneo en el año 2004. «Han pasado quince años y el ferrocarril sigue en la misma cuota de tráfico terrestre» porque «se programan planes europeos fantásticos {de redes ferroviarias] que los Gobiernos no cumplen». Amorós recordó cómo anteriores gobiernos «prometían que el corredor mediterráneo estaría terminado en 2016, pero en 2018 las obras sólo van a llegar hasta Tarragona. Se ha producido demora tras demora, por lo que tendremos que cuadrarnos» para exigir la ejecución del eje ferroviario por el litoral.

Al ritmo actual de ejecución, Amorós incluso ve «imposible que la red básica de las redes transeuropeas de transporte esté finalizada en 2030», según las previsiones europeas. A modo de ejemplo, también recordó que Francia tenía previsto para 2018 la finalización del desdoblamiento del cuello de botella entre Montpellier y Perpignan, que aún ni se ha iniciado. Una situación ante la que «la Unión Europea no dice nada porque la Comisión Europea no tiene presupuesto y son los estados miembros quienes deciden a qué proyectos se destina la inversión. No podemos tolerar que esto siga así».

Para avanzar en esta situación, el representante de Ferrmed demandó la creación de una «agencia europea que coordine los surcos ferroviarios, como ya sucede en los aviones» para empezar a crear una red ferroviaria europea real y no segmentada como existe hasta ahora, por tipos de anchos o de electrificación. «Las carreteras ya están unificadas en el ámbito europeo, pero el ferrocarril aún padece 24 estándares distintos respecto al ancho de vía, electrificación, sistemas de señalización o vagones, que aún usan la tecnología del siglo XIX».

Por ello, el representante de Ferrmed adelantó que se han creado «grupos de trabajo para ir resolviendo los temas más importantes» como los cuellos de botella ferroviarios, el ancho de vía o la conexión de las terminales con las vías ferroviarias (como las de Ford y Font de Sant Lluís en el caso de València». Unas problemáticas para las que hay poner «fechas a corto y largo plazo para ir cumpliéndolas», reivindicó.