La huelga y la falta de costumbre de los pasajeros por la novedad de los horarios. Son los condicionantes esgrimidos por Ferrocarrils de la Generalitat (FGV) para justificar la fría acogida con la que los usuarios estrenaron el nuevo servicio de metro nocturno el viernes. Aunque en su primera noche la esperada medida no tuvo la respuesta esperada y resultó fallida, desde el organismo público confiaban en que se registrara un repunte de los pasajeros anoche, cuando el servicio era gratuito a partir de las 22.00 horas.

Aún así, desde FGV recalcaron que los servicios mínimos se cumplieron según lo previsto y no hubo «problemas reseñables». Sin embargo, pese a que la previsión era que los paros finalizasen a las 10.00 horas, no fue hasta las 12.00 horas cuando realmente cuando concluyeron, provocando graves retrasos y dificultad en los servicios.

Sin embargo, en el organismo público están convencidos de que conforme se conozcan más los horarios los usuarios podrán programar sus salidas y «hacerse a la idea».

Los pasajeros, sin embargo, no eran de la misma opinión. Denunciaron que, «al no haber ningún horario no sabías a qué atenerte» y en «plena era digital» los horarios se debían haber publicado en la página web o, al menos, avisar en las redes sociales de los retrasos provocados por los paros sindicales. Así lo defendía María Luisa Herráez, vecina de Aldaia que aprovechó la inauguración del servicio nocturno para salir a cenar con una amiga, pero que acabó esperando más de una hora y media en la estación de metro de Xàtiva.

Mientras tanto, los sindicatos mantienen las reivindicaciones y advierten que el «colapso» es fruto del déficit estructural de personal que sufre la empresa. «Con el servicio diurno no damos abasto y hay trenes que no pueden salir. El nocturno ha sido la gota que ha colmado el vaso: estamos desbordados», censuran desde CGT. «Lamento que el ciudadano se vea perjudicado, pero después de tres años de palabras y promesas, no nos dan soluciones», observa Ximo Cabanes, delegado de CGT.

En la misma línea, desde UGT denuncian la «imprevisión» y la «premura» con la que se ha puesto en marcha el metro nocturno, a tiempo que inciden en la falta de información a los trabajadores sobre las condiciones de la medida. «Necesitamos personal para prestar un servicio adecuado, pero no se comprometen a subsanar las deficiencias», apunta Antonio Soler.

Del malestar ocasionado, no obstante, tuvieron que encargarse los pocos empleados de seguridad de las bocas del suburbano. «No nos pagan por tener que hacer de poste informativo», denunció el viernes Raquel Mas, quien aseguró que tuvo que lidiar con las quejas de más de uno que se precipitaba a cruzar las puertas del metro. Raquel y su compañero se veían obligados a cruzarles el paso para advertirles que no sería hasta las 2.30 horas cuando podrían coger el próximo vagón. El último y único desde la una de la madrugada. Con las mismas, los pasajeros abandonaban la estación en busca de alternativas (pedir a alguien que les recogiese, ir andando o pagar un taxi), por lo que las estaciones de metro mostraron una imagen significativamente diferente a lo que se tenía previsto con la campaña del metro nocturno.

Y es que fueron muchos los que habían acogido la medida con fervor y entusiasmo. «Para la gente que sale de trabajar tarde, puede suponer un ahorro importantes del coste en gasolina o incluso de aparcamiento», explicó Patricia Mauro en la céntrica estación de Colón donde esperaba el metro a Aldaia.

«Si no hubiese sido por este servicio», explicó Jordi Amat, «no podríamos haber venido a València a pasar la noche». Sin embargo, los retrasos les obligaron a deambular durante algunas horas por la ciudad hasta las 2.30 horas, el único y último servicio que podían coger.

Hacia la una de la madrugada (la última vez que el metro con destino a Marítim-Serrería pasaba por la estación de Aragón) Vito Alfred y Mir Mateo ya llevaban una hora esperando a unos amigos de Torrent. «Supongo que al final vendrán andando», indicó Mir.

Servicios mínimos en el metro del 60% en hora punta

La Conselleria de Economía fija servicios mínimos del 60% de la circulación de trenes y tranvías en las horas puntas (de 6 a 9, de 12 a 16 y de 19 a 22) y del 50% el resto del día en cada una de las jornadas de huelga convocadas por los sindicatos en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) en las provincias de Valencia y Alicante a partir de hoy. En el caso de atención al cliente, centrales telefónicas y registro general se garantizará la presencia de una persona en cada uno de los centros a fin de poder ofrecer información a los usuarios.