El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió a abrir las puertas de la Moncloa a Ximo Puig. Fue un encuentro de una hora aproximada de duración a última hora de la tarde y sin cámaras. A diferencia de la reunión que mantuvieron el pasado 3 de octubre, el asunto principal no fue la C. Valenciana, sino la situación general en España tras las elecciones andaluzas (con un mal resultado para el PSOE, el partido de ambos) y la subida de la tensión social y política en Cataluña.

Frente a los barones socialistas que han expresado diferencias con la estrategia de Sánchez (Emiliano García-Page y Javier Lambán, principalmente), Puig se encuentra cómodo en el discurso del diálogo y esa sintonía volvió a apreciarse ayer.

Según fuentes de Presidencia, el jefe del Gobierno se mostró preocupado, pero convencido de que no hay otra vía que la política y la búsqueda de puntos de encuentro dentro de la legalidad, a pesar de la incomprensión por una parte de la sociedad española. Puig manifestó a Sánchez su respaldo en esta línea de actuación, a favor de la cual se ha manifestado públicamente en repetidas ocasiones, antes y ahora.

La C. Valenciana no era el punto en rojo de la agenda, pero también aprovecharon para abordar asuntos candentes. Sin muchas novedades ni grandes resultados. Sánchez expresó al jefe del Consell su decisión firme de presentar su proyecto de Presupuestos del Estado para 2019.

Según las fuentes citadas, nada ha cambiado y, como ya trasladó a Puig en su primer encuentro en la Moncloa, el territorio valenciano contará con el 10 % en las inversiones territorializadas. Es lo que le corresponde según su población dentro de España y una reivindicación histórica y recogida en el nuevo Estatut, pendiente de aprobación final.

Las mejoras transitorias en la financiación y una mayor aportación para la dependencia (según lo sabido después de la cita de octubre, no será tanta) son otros de los compromisos reavivados durante la reunión de ayer.

Como novedad, habrá consejo de ministros en la C. Valenciana, como el Consell se ofreció a acoger tras el de esta semana en Barcelona. Pero no será en el Palau de la Generalitat. Según la voluntad manifestada ayer por Sánchez a Puig, el objetivo es llevar la cita gubernamental a la ciudad en marzo para recordar que en Alicante también se celebró hace 80 años el último consejo de ministros de la II República.

La situación de los cítricos también estuvo sobre la mesa. No solo con Sánchez. También con el ministro Luis Planas. El Gobierno admitió dificultades para aplicar la cláusula de salvaguarda, como exige el campo valenciano, pero «buscará fórmulas» que mejoren la situación. Puig también se llevó el apoyo del presidente a la planta de Ford en Almussafes.