La contratación de personal en la Generalitat no se mueve por las reglas del mercado laboral, pero si lo hiciera todas las alarmas estarían encendidas ya que, lejos de remitir, la temporalidad se ha convertido en santo y seña de una plantilla en la que cada vez hay menos fijos y más interinos.
La tendencia hacia la precariedad en la función pública está reflejada en forma de vaticinio en numerosos informes elaborados durante la presente legislatura, pero el Síndic de Comptes lo ha puesto negro sobre blanco en su última auditoría, la referida al ejercicio de 2017.
En dos años, la plantilla de empleados con plaza fija de la Generalitat (incluido funcionarios de carrera de las conselleries, docentes y estatutarios fijos) ha menguado en más de 4.121 efectivos (un 5 % menos) mientras que la contratación de temporales se ha disparado hasta un 21%.
A 31 de diciembre de 2017, último año auditado con la Sindicatura de Comptes, revela la existencia de 9.000 trabajadores con contratos temporales más que en 2015, año de inicio del Gobierno del Botànic. Los datos echan por tierra la expectativas de acabar la legislatura con una plantilla más estable.
De hecho, globalmente el personal interino representaba el 35,5 por ciento de la plantilla en 2015 y dos años después, este porcentaje había crecido cinco puntos hasta situarse en el 40 %. El colectivo de temporales son más de la mitad de todo el personal fijo de la Administración de la Generalitat. Así, los últimos datos hablan de 53.603 interinos frente a 80.208.
La acentuación de la precariedad tiene dos causas principales. De un lado, la sequía acumulada de ofertas de empleo público como consecuencia de las restricciones presupuestarias del Gobierno central y de otro, el envejecimiento de la plantilla que ha motivado la jubilación de los más de 4.000 funcionarios de carrera y estatutarios fijos de Sanidad. En teoría, en los próximos años la situación debe corregirse, aunque difícilmente habrá datos positivos esta legislatura.
Ofertas de 2016
El plan de estabilización (oposiciones pensadas para que los temporales tengan la oportunidad de ser fijos) se ha desatascado el último día del año. Sin embargo, se trata de un proceso largo, incluso de años hasta que el aspirante en concreto logre entrar en nómina. Hoy todavía se está ejecutando ofertas del año 2016.
Aunque en proporciones menores, también se han activado las ofertas para la contratación de savia nueva, aunque al actual ritmo no podrá compensarse la salida de efectivos por jubilación.
En términos globales, la Generalitat contó en 2017 con un total de 129.787 trabajadores, de los que 80.208 son fijos y 53.603 temporales.
El concepto de fijos incluye los funcionarios de carrera (52.018); los estatutarios fijos de Sanidad (22.259) y los laborales fijos (2.082 efectivos). Por su parte, aquellos con contratos temporales son los 23.334 funcionarios interinos (personal de la Administración y docentes); los estatutarios temporales ( 26.794 personas), los laborales temporales (3.456) y 66 eventuales. La mayor pérdida de funcionarios se ha concentrado en el ámbito sanitario (2.027 bajas) y el mayor incremento de contratación temporal entre el colectivo de funcionarios interinos, con 5.745 contratos más.
Respecto a 2016, el Síndic subraya en su informe el alto grado de temporalidad en la Conselleria de Sanidad ya que el 55% del personal estatutario es temporal y anima al Consell a revisar esta situación y adaptar la plantilla a las necesidades reales para prestar el servicio.
