Presidentes autonómicos y regionales del PP como Fernando López-Miras, Alberto Núñez Feijóo, Isabel Bonig coincidieron ayer en expresar su rechazo a las exigencias que Vox había puesto sobre la mesa para investir a Juanma Moreno como presidente de la Junta de Andalucía, en especial la derogación de las leyes de violencia de género.

Según dijeron, hay «líneas rojas» que no se puede traspasar y en las que el partido no puede dar un «paso atrás». Vox y PP recondujeron ayer, no obstante, sus diferencias y acabaron por firmar un acuerdo que permitirá a Moreno convertirse en presidente de la Junta.

Queda, con todo, la voz de alarma que algunos «barones» territoriales del PP han lanzado en las últimas horas ante las propuestas del partido de Santiago Abascal que los populares no podían secundar ni plasmar en un documento. Finalmente, algunas de las medidas más polémicas como devolver competencias o las relacionadas con violencia de género no aparecen en el documento definitivo como Vox las había exigido.

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, aseguró ayer en este sentido en la cadena Ser que es una «realidad objetiva que las mujeres están siendo maltratadas por los maltratadores» y los políticos deben dar respuesta «apartando del debate estas cuestiones y no dando un paso atrás en la lucha contra esta lacra social y optando por mejorar lo que sea susceptible de mejora».

«Hay una serie de líneas rojas que no vamos a traspasar», avisó Bonig para afear a Vox que no sea capaz de ser «pragmático».

El presidente del Gobierno murciano, Fernando López Miras, dijo asimismo que no le gustan las reivindicaciones de Vox a cambio de permitir la investidura de Moreno y, de hecho, ha asegurado que él no las firmaría en la región de Murcia.

En parecidos términos se expresó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que apostó por mejorar y perfeccionar las políticas contra la violencia, pero no derogarlas o dejarlas de aplicar. «Nosotros vamos a seguir con nuestras políticas de conciliación y en lo que se refiere a la violencia hay que ser muy contundentes y muy claros», afirmó.

Por su parte, el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, dijo que algunas de las demandas de Vox no tienen ni pies ni cabeza, por lo que considera que ni siquiera merece la pena gastar saliva hablando de ellas. Tras asegurar que al partido de Santiago Abascal le falta un hervor, afirmó que le cuesta pasar de la propaganda a la política.

Pero, al final, el pacto con la extrema derecha se produjo.