Como si solo hubieran estado un día sin verse. Así conversaban animadamente ayer los dos amigos de la mili a quienes, por pura paradoja, las dolencias del corazón los ha vuelto a unir. «Vimos de cerca la muerte y ahora que seguimos aquí, y además nos encontramos mejor que antes con los muelles que nos han puesto en las arterias, pienso que la vida es un suspiro; son cuatro días y ya han pasado dos así que tenemos que estar agradecidos y vamos a recuperar el tiempo perdido», comentaba José Beneyto mientras un sonriente Juan Flor asentía con la cabeza añadiendo que «a partir de ahora nos intentaremos ver todas las semanas para aprovechar el tiempo perdido y cultivar el divino tesoro que es la amistad». Tampoco descarta el artista villenero inmortalizar esta «experiencia increíble» en un cuadro o una escultura como tributo a la amistad y a la vida. «Que el mundo es un pañuelo ha quedado demostrado con nuestro reencuentro y también nos hemos dado cuenta de que en España somos afortunados porque tenemos la mejor sanidad pública del mundo», indicaban ambos enviando «el mayor de los agradecimientos a los médicos y enfermeras del Hospital de Elda que nos han atendido y, en especial, al equipo de la UCI porque se ha portado genial».
Después de medio siglo separados tienen muchas cosas que contarse y muchas «batallitas» del desierto que recordar porque ellos son «amigos para siempre».
