La herida que se abrió en los últimos meses de vida entre la que fue durante 24 años alcaldesa de València, Rita Barberá, y su partido, el PP, alcanzó tal profundidad que nunca llegó a cicatrizar, ni en vida de la alcaldesa ni después de su fallecimiento, el 23 de noviembre de 2016 en Madrid. La familia de Barberá no ha olvidado los episodios que la senadora vivió en sus últimos días protagonizados por el partido que lideró.

La mención que el jueves hizo la candidata a la alcaldía, María José Català, en la que reivindicó su herencia y su figura y afirmó que Barberá siempre fue para ella una referencia, provocó la furiosa reacción de la familia de la exalcaldesa.

El duro comunicado, en el que expresa la «profunda indignación» ante el «miserable uso electoralista» de su figura, llega justo la víspera de que el presidente nacional del partido, Pablo Casado, aterrice en València para ungir a la candidata municipal.

El ataque supone para Català el primer disgusto serio cuando no habían pasado ni 24 horas desde que se convirtió oficialmente en candidata y es la evidencia de la huella perdurable de los efectos del caso Taula sobre un partido que la diputada ha de intentar ahora domar. El malestar de la familia de Barberá incomoda al partido justo el día de la puesta de largo de sus candidatos valencianos, porque oficialmente también Isabel Bonig es ya el cartel a la presidencia de la Generalitat.

Català y Barberá nunca tuvieron una buena relación política. De hecho, la exalcaldesa medió ante el entonces líder, Mariano Rajoy, para que Isabel Bonig fuera la elegida para relevar en 2015 a Alberto Fabra al frente del partido.

«Interesados y vergonzantes»

El entorno de Barberà se mostró muy crítico ayer con el uso que el PP había hecho de la figura de Barberà pese a que la «ignoró flagrantemente» en los últimos años, cuando «la abandonó, la maltrató y la expulsó» de sus filas, ya que Barberá acabó en el grupo mixto del Senado y marginada por muchos de los que fueron sus antiguos compañeros.

La familia escribe que el legado de Barberá es patrimonio único y exclusivo de todos los valencianos, desmarcándose totalmente del PP. Muestra su «absoluto rechazo» a los elogios «interesados y vergonzantes» dirigidos hacia la exalcaldesa por la responsable del PPCV y de la aspirante a la alcaldía de la capital.

Además, en el escrito se refiere a uno de los momentos que Barberà vivió con mayor desasosiego: el apoyo del PP de Isabel Bonig en las Corts en 2016 a una reprobación de la cámara para forzarla a que dejara su escaño de senadora tras los problemas judiciales derivados del caso Taula. La familia recuerda que tanto Bonig como Català apoyaron con sus votos aquella resolución.

La firma de Bonig en el documento de las Corts y el apoyo que le prestó el grupo popular (solo se ausentaron el entonces presidente provincial Vicente Betoret y el diputado Miquel Domínguez, ahora en el grupo de no adscritos) ha sido también uno de los peores momentos para Bonig esta legislatura. A él se ha referido en alguna ocasión,. La última cuando en el último pleno del año rememoró los momentos «duros» que «en lo personal» había vivido estos años. La fractura con Barberá aún duele.

Tanto que el grupo popular incluso evitó meses después apoyar una resolución similar que exigía al expresidente Francisco Camps que abandonara el Consell Jurídic Consultiu (CJC), a pesar de que el expresidente suma ya varias imputaciones.

Por eso, a la familia de Barberà le parece que es «de lógica justicia» que el PPCV se olvide de «pasear el cadáver de Rita Barberá» con tan «espúreos objetivos» y reclama a la dirección de los populares que pongan fin a «tan lamentable situación», finalizan.

«La mejor alcaldesa de España»

Tanto Bonig como la candidata del PP a la alcaldía de València, María José Català, reivindicaron el jueves la herencia de Barberá y la definieron como la mejor alcaldesa que ha tenido el país y un referente incuestionable para el PP.