El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, elevó el tono reivindicativo ante Pedro Sánchez tras el informe del Tribunal de Cuentas que, como publicó ayer Levante-EMV, pone de relieve la asfixia del Consell para hacer frente a las obligaciones del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

Este es el mecanismo con el que el Gobierno central cubre desde 2012 la insuficiencia económica de la Generalitat para costear los servicios públicos fundamentales debido a su deficitaria financiación.

Puig apremió al Ejecutivo español a hacerse cargo de parte de la deuda de más de 46.000 millones de euros que arrastra la Generalitat y que supone una losa en las cuentas autonómicas. El pago de amortizaciones e intereses anuales supone ya, por su volumen, la segunda conselleria, detrás de la de Sanidad.

Precisamente, el Tribunal de Cuentas advierte en su informe que el Consell deberá destinar más del 25 % de sus ingresos entre 2019 y 2022 a pagar los vencimientos de los préstamos del FLA. Estas obligaciones se abonan ahora con nuevos créditos del citado fondo, de modo que la pelota va creciendo.

Así, el president y se condone o se asuma de manera mutualizada por parte del Estado la parte «fundamental» de la deuda histórica.

«La que deriva de la gestión desastrosa del PP es evidente que la tenemos que asumir nosotros, pero lo que ha sido producto de la infrafinanciación tiene que ser claramente devuelto por el Estado de la manera que se considere oportuna», dijo ayer, tras un acto con el presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Rubén Alfaro.

Más tarde, tras un encuentro en la sede del PSPV con la presidenta del PSOE, la exministra Cristina Narbona, afirmó que está «absolutamente convencido» de que el líder del partido y presidente del Gobierno «va a cumplir con los valencianos» en los Presupuestos del Estado (PGE) de 2019, que aprobará hoy.

La situación en Andalucía y la igualdad fueron los otros ejes de la cita. «El principal problema que tiene la sociedad española y valenciana es la violencia machista», insistió Puig, que lamentó la alianza de PP y Cs con «la posición más ultra, extrema y rupturista».