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El Tribunal de Cuentas condena a los cabecillas de Emarsa a pagar 20 millones

Crespo, Cuesta, Arnal, Morenilla y Bernácer deberán abonar el dinero defraudado porque actuaron con "dolo y sin la mínima diligencia"

Los condenados por el T. de Cuentas: Arnal, Cuesta, Bernácer, Crespo y Morenilla. daniel tortajada

El Tribunal de Cuentas ha condenado a los cinco cabecillas del saqueo de Emarsa al pago de 20,4 millones de euros. El dinero público que se ha podido contrastar que se desvió de su legítimo destino entre los años 2005 y 2010 para el beneficio personal de las veinticuatro personas condenadas por la sección primera de la Audiencia de València, cuya sentencia está pendiente de los recursos ante el Supremo.

Aunque en esta sentencia del Tribunal de Cuentas sólo se dirime la responsabilidad contable de los gestores del dinero público que son, según la sentencia a la que ha tenido acceso Levante-EMV: Enrique Crespo, presidente de Emarsa, exalcalde de Manises y exvicepresidente de la Diputación de València (condenado en la sentencia penal a diez años de cárcel); Esteban Cuesta, el enfermero y alcalde pedáneo metido a gerente de Emarsa (cuya pena asciende a doce años de cárcel) ; y Enrique Arnal, director financiero de Emarsa (ocho años y seis meses). Los tres deberán hacer frente al pago de 7,9 millones de euros, el dinero pagado a empresas varias mediante pagarés por trabajos no realizados o facturas ficticias, según consta en la sentencia del Tribunal de Cuentas.

El fallo extiende esta responsabilidad contable al exgerente de la Entidad pública de saneamiento de aguas residuales (Epsar), José Juan Morenilla (condenado a 9 años de cárcel); y al jefe de explotaciones de esta misma empresa pública, Ignacio Bernácer, (cuya confesión logró reducir a 3 años y seis meses la condena de prisión). Morenilla y Bernácer son «responsables directos y solidarios» junto a Crespo, Cuesta y Arnal «del alcance hasta el límite de 12,5 millones de euros» por el tratamiento y desbaste de los lodos.

El Tribunal de Cuentas también declara probado el sistema orquestado por los tres dirigentes de Emarsa para saquear las arcas públicas: «simulación de expedientes de contratación y desvío de fondos por retirada de lodos y desbaste». La mecánica que utilizaron, destripada por Levante-EMV desde que estalló el escándalo, consistía en que Emarsa pagaba a las empresas que estaban en el ajo 42 euros por cada tonelada de lodo, cuando apenas costaba 16 euros por tonelada el tratamiento. Una mierda muy rentable para la trama. Ya que se llegaron a tratar 90.000 toneladas de lodo anuales. La diferencia era lo que se embolsaban los cabecillas del saqueo y los empresarios que entraron al trapo de esta inyección de dinero fácil.

La sentencia que detalla la responsabilidad contable de los responsables de Emarsa y la Epsar dedica duras palabras a la deficiente gestión de los cinco condenados por la Audiencia de València. «Concurre por tanto la necesaria relación causal entre la actuación de los señores Crespo Calatrava, Cuesta Anguix y Arnal Llorens y los daños ocasionados a los fondos públicos en la gestión de la empresa pública Emarsa en el periodo 2005-2010, sin que dicha relación causal se rompa por el pretendido fallo de los sistemas de control alegado por el señor Crespo».

Crespo, Cuesta y Arnal tuvieron una «forma de proceder en la gestión de los fondos públicos que supone una manifiesta ausencia en la mínima diligencia exigible a cualquier gestor de dichos fondos, sino también la vulneración de la normativa contable que ocasionó un saldo deudor injustificado», según la sentencia. El Tribunal de Cuentas considera, además, que existió «dolo» en la actuación de Enrique Crespo, Esteban Cuesta y Enrique Arnal ya que «ha quedado acreditado que actuaron con plena conciencia y voluntad de causar daño a los fondos públicos pues dieron lugar a la realización de pagos que sabían que no respondían a bienes o servicios entregados o prestados a la empresa pública, o que suponían un fuerte sobrecoste injustificado». Incluso les acusa de «haber provocado ellos mismos esos pagos con el fin de desviar fondos públicos de los que posteriormente ellos mismos, junto con otros, se apropiaban».

Respecto a los responsables de la Epsar, José Juan Morenilla e Ignacio Bernácer, el Tribunal de Cuentas señala que ambos eran «gestores de los fondos públicos de la Epsar» y su declaración de responsabilidad contable directa deriva de «su participación en el daño causado a los fondos públicos, por su intervención en las comisiones de seguimiento en la fijación del precio de la gestión de los lodos» donde «incluyeron datos que no se correspondían con la realidad, con el fin de que se aprobase un precio incrementado de forma injustificada». El Tribunal de Cuentas también considera su actuación «dolosa, ya que eran conocedores del menoscabo que causaban». La sentencia puede ser recurrida.

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