El Partido Popular exhibió ayer músculo y capacidad de movilización en la Comunitat Valenciana con motivo de la presentación de los tres candidatos para ganar las alcaldías de València, Castelló y Alicante en las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo. El acto celebrado en el Auditorio Rojo de l'Oceanogràfic tuvo como gran protagonista al presidente nacional Pablo Casado, junto a la presidenta autonómica del PP Isabel Bonig, y a los tres alcaldables referidos: María José Català (València), Begoña Carrasco (Castelló) y Luis Barcala (Alicante). A todos ellos, les respaldaron cientos de militantes y simpatizantes que abarrotaron este salón, lo que obligó a unas 300 personas a seguir el acto en el delfinario cercano al auditorio porque ya no cabían dentro. Entre el público abundaron las banderas españolas, carteles de apoyo a los alcaldables, y en el escenario, cajas de naranjas, que Casado y los eurodiputados liderados por Esteban González Pons se comprometieron a defender en Bruselas.

Tanto Pablo Casado, como Bonig, Carrasco, Català y Barcala alentaron el fantasma del independentismo catalán y culparon al tripartito de haber frenado el progreso económico de la Comunitat. Todos ellos enarbolaron símbolos propios como la Senyera, la agricultura y los cítricos, el valenciano o la libertad de enseñanza para los padres. El presidente del PP aseguró que la Comunitat Valenciana no es «el apéndice de unos Països Catalans fantasmagóricos e irreales»y animó a convertir a sus correligionarios en «el dique de contención» del independentismo catalán. El líder popular subrayó que el futuro en la Comunitat pasa por elegir entre: «El comunismo, el socialismo y el catalanismo o el PP, no hay más alternativa», puntualizó. No en vano, apuntó que la Comunitat necesita «más que nunca» a los populares porque en casi cuatro años de «gobierno de populistas, nacionalistas y regionalistas todo ha empeorado». En esa línea, el aspirante a la Moncloa, se mostró «orgulloso del PP de la Conmunitat Valenciana» y reivindicó el papel de los expresidentes Alberto Fabra, Francisco Camps y Eduardo Zaplana (los dos últimos investigados en procesos judiciales), para quien ha pedido también «humanidad en su trato penitenciario». Para Casado, los populares han escrito algunas de «las mejores páginas de la historia». En ese sentido, recordó a Rita Barberá y puso en valor su legado porque: «antepuso los intereses de Valencia y de España a los suyos» cuando dejó las filas del PP en el Senado para pasar al Grupo Mixto, por las exigencias «humillantes» de Ciudadanos para apoyar la investidura de Mariano Rajoy.

Por su parte, María José Català afirmó que se presenta a la alcaldía de València «por convicción y devoción», en defensa del arraigo y de las tradiciones, y porque cree que es «el mejor servicio que puede hacerle a València, a la Comunitat y a España». Respecto, al tripartito y sus políticas en la capital valenciana, Català aseguró que «no quiere a las Reinas Magas», en el cap i casal, sino que quiere «a los Reyes Magos». Además, cuando sea alcaldesa, avanzó «la Senyera volverá a entrar en la Catedral» porque persique que: «el separatismo catalanista quite sus manos de la ciudad». Luego reivindicó el legado de Rita y dijo: «Hemos tenido la mejor alcaldesa de España y de València, Rita Barberá». En cuanto a la próxima campaña, anunció que recorrerá la ciudad «desde Massarrojos al Cabanyal, puerta a puerta, por València y por España». Para acabar, se dirigió a Bonig y le anunció: «Voy a devolverte con votos la confianza que me has dado y tu serás la primera presidenta de la Generalitat gracias a mi buen resultado y los votos que voy a sacar en València», resaltó.

Por su parte, Isabel Bonig afirmó «vamos a arrasar y a gobernar. Que tiemble el tripartito», gritó. La lideresa popular le aseguró a Pablo Casado que la Comunitat Valenciana «te va a llevar a la presidencia de España como siempre hicimos».

La presidenta autonómica recordó que los populares «nacimos con clara vocación de servicio» y anticipó que «cuando gobernemos bajaremos los impuestos como el IRPF y aboliremos el de Patrimonio y el de Sucesiones». También, agitó el fantasma del catalanismo al señalar que el «nacionalismo y el populismo son la enfermedad de la Democracia del Siglo XXI. Nos enfrentamos en el PP a la izquierda y la extrema izquierda y tenemos que ser un partido reformista y no un partido reaccionario», sentenció. La candidata finalizó con un grito: «A ganar, a ganar y ganar».

«El radicalismo» de la izquierda

Begoña Carrasco fue la primera en abrir el acto en l'Oceanogràfic. La alcaldable por Castelló se declaró aficionada del CD Castelló por lo que vaticinó: «En mayo vamos a jugar el partido de nuestras vidas». Un partido, que servirá, para acabar «con el radicalismo y el sectarismo de la izquierda» que defendió, gobierna en el consistorio de la Plana. Carrasco no dudó en cargar contra el catalanismo y lamentó que en un concierto celebrado en la ciudad en diciembre «se produjese un desnudo integral en presencia de múltiples niños y sus padres», eso, no se repetirá con el PP, «porque somos el partifdo de la familia»; ni tampoco que el ayuntamiento de Castelló «edite guías municipales para enseñar a los jóvenes cómo drogarse».

Por último, el alcalde de Alicante y aspirante a la reelección, Luis Barcala, recordó que el tripartito «radical y sectario, comenzó en el poder - en 2015- y después de 3 años lo tuvo que abandonar -con una moción de censura- sin haber gobernado ni un minuto». Gracias a los populares alicantinos, destacó, «se han bajado los impuestos y ya tenemos 50 millones en ejecución». Pero, finalizó, «la Generalitat nos ignora por eso, es imprescindible que Isabel Bonig sea presidenta», zanjó.