«Los periódicos no nos dedicamos al negocio de la mentira, sino al de la verdad: como sociedad debemos aprender a diferenciar entre lo que es una noticia y lo que parece una noticia pero no lo es, y para ello es necesario que haya una cabecera detrás de la misma, pues los diarios no contamos, ni comentamos, ni difundimos mentiras».

Esta es una de las reflexiones sobre el papel de los medios de comunicación con las que abrió en la tarde de ayer la directora de Levante-EMV, Lydia del Canto (Torrent, 1985), una nueva edición del ciclo de conferencias Claustre Obert que organizan el diario más leído y vendido de la Comunitat Valenciana junto a la Universitat de València (UV).

Ante un Aula Magna de la sede histórica de la Universitat llena hasta la bandera, la rectora de la UV, Mavi Mestre, presentó a Del Canto como «una mujer joven, formada y profesional acreditada, innovadora, y una mujer valiente que ha asumido un reto importante en un momento de cambio de los medios de comunicación». «Es la directora más joven de todos los directores y directoras de diarios españoles», añadió Mestre.

Del Canto, en la conferencia inaugural de Claustre Obert, abordó el papel de los medios de comunicación en la transformación social que están propiciando internet y las redes sociales. Su intervención giró alrededor de las fake news, las noticias falsas.

«El gran reto de la profesión periodística, y yo creo de la sociedad actual, ya no es que los periódicos vigilen los abusos de poder, denuncien las mentiras y cuenten la realidad. Un statu quo donde el sujeto activo era el periodista y el pasivo el lector que se informaba. Ahora el reto es de los lectores, de no ser engañados por páginas web que se hacen pasar por medios de comunicación y de las que nuestros jóvenes han aprendido a fiarse, porque para ellos todo lo que se produce en internet les es familiar, amigable y reconocible».

Del Canto subrayó que «las 'fake news' no son fruto de internet, sino de Facebook». En este entorno, apuntó, «la noticia ya no pertenece al medio que la publica y ya no requiere de una cabecera en la que reconocerse y de la que fiarse, sino que uno la lee en su timeline de Facebook como si la publicara un amigo, un conocido, del que jamás dudará y sin saber si él, previamente, también ha sido engañado».

«O lo que es peor -continuó-, en un entorno en el que espera encontrar mensajes de sus amigos, Facebook le va a mostrar mensajes, con apariencia de noticias, que no son más que anuncios pagados para conseguir visitas que generen ingresos por publicidad».

Datos al alcance del mejor postor

Esta red social, alertó la directora de Levante-EMV, «tiene en sus 'granjas' de servidores nuestros datos más íntimos. Si tenemos pareja, hijos, dónde vivimos o veraneamos, a quién votamos o rezamos, qué tipo de informaciones nos paramos a leer». Un Big Data que, recalcó, «se convierte en peligroso cuando Facebook pone esos datos al servicio de aquellos que quieran pagar por anunciarse en la gigantesca red social».

«Así, los grupos de apoyo a un político, perfectamente organizados y financiados, crean una página web que simula un medio de comunicación, inventan la noticia "El líder del tal partido político abandonó a su mujer cuando su hija tenía 2 años" y pagan para que Facebook se la muestre a las mujeres jóvenes, con hijos y recientemente divorciadas. Y todo, sin que nadie vigile si ese mensaje, con apariencia de noticia, es cierto o falso», detalló Del Canto.

«La manipulación está servida», subrayó. Y también el dinero: «Facebook cobra por difundir una falsedad, la página web cobra de los anuncios de publicidad que acompañan la noticia y que, además, están gestionados por Google, que se lleva una comisión».

Ante este panorama, recalcó: «La principal diferencia entre un periódico y Facebook es que la red social no nació para proteger la democracia; en los genes del gigante de las amistades se encuentra ofrecer aquello que más interés esté despertando a la mayoría, ya sea verdad, mentira o sencillamente morboso». Por esta razón, concluyó que «hoy más que nunca, son importantes las cabeceras, los medios de comunicación con una marca reconocible y en la que confiar».

Seiscientos mil lectores al día

«Los 600.000 lectores al día que tiene Levante-EMV (en su edición digital y en papel) nos eligen porque confían en nosotros, ya que una de las consecuencias más evidentes de la revolución social que vivimos es la desconfianza y Levante-EMV es un espejo del que fiarte, que te cuenta la realidad con honradez», aseguró Del Canto. «Hoy más que nunca, dirigir este periódico es un ejercicio de responsabilidad: el lector acude a nosotros para contrastar si lo que ha leído en un mensaje de wasap es cierto».

Avanzó que «el futuro no sólo dependerá de que escojamos bien los medios de los que nos informamos. Es mucho peor, van a intentar escogerlo por nosotros: nos levantaremos por la mañana y diremos "Google, ¿qué ha pasado hoy?" y un altavoz nos leerá las noticias sin decirnos de dónde las saca o con qué criterio las ha elegido. Así que, cuando llegue el momento, miren a ese altavoz y pregúntenle "¿qué cuenta hoy Levante-EMV"».

Del Canto agradeció a Mestre que «vuelva a elegir a Levante-EMV como el periódico de referencia de Claustre Obert». La rectora, por su parte, destacó su intención de que el acuerdo «sea permanente a través de un convenio entre el diario de referencia y la universidad matriz, que es necesario para acercar la Universitat a la sociedad, y la sociedad a la Universitat».