Rosario Planas y su hijo de 33 años, con una discapacidad del 65 % por una enfermedad mental, abandonaron ayer el pequeño trastero de cinco metros cuadrados donde llevaban dos meses pernoctando, como informó en exclusiva Levante-EMV, y por fin pudieron dormir en la calidez y comodidad de una habitación, de estilo árabe, de un hotel temático del valenciano barrio de Torrefiel.

La exigencia de la propietaria del bajo, a quien regularmente pagaba un alquiler por el trastero, dándole un ultimátum para que abandonara inmediatamente el mismo, obligó a la mujer a buscar cualquier alternativa posible para no verse durmiendo a la intemperie con su hijo.

La Coordinadora Solidaria de Estibadores del Puerto y la empresa de frutas SanLucar se ofrecieron a ayudarles y buscaron un alojamiento que costearán durante dos semanas. Ya habían reservado en un hostal de Orriols, pero cuando llegaron estaba cerrado y tuvieron que encontrar rápidamente otro lugar donde pudiera alojarse durante unos días.

Asimismo, el hostal Casual Valencia de las Civilizaciones, situado en la calle Félix del Río, enseguida optó por abrirle una de sus habitaciones a coste cero. «Ante la necesidad urgente de esta mujer hemos reaccionado; Casual Hoteles es una empresa solidaria, y ante la situación, hemos querido apoyar en todo lo posible», explicó Juan Carlos Sanjuan, fundador y director general de la cadena.

Asimismo, el hostal se ha comprometido a hospedarla durante dos semanas sin que pague coste alguno, según detalló la directora Sonia González, quien realizó las gestiones para tramitarlo todo pese a la premura. Los otros quince días correrán a cargo de los estibadores y la empresa de frutas, que ya tenían conocimiento de la situación de la mujer como usuaria del comedor social El Puchero, en Orriols.

«Donde vaya mi hijo voy yo», remarcó Rosario cuando todavía no había encontrado un techo bajo el que pasar la noche y una de las mujeres que se había ofrecido a acogerla en su casa le dijera finalmente que no tenía problema en abrirle su hogar a ella, pero que le ponía trabas a su hijo enfermo.

Mostrar en las páginas de Levante-EMV su dura situación -cómo sacaba al pasillo cada noche un colchón autohinchable sin que se enteren los vecinos; cómo y dónde desayuna, come y cena; qué hace para asearse, para guardar sus pertenencias - obtuvo ayer una respuesta inmediata de otros medios de comunicación dispuestos a denunciar su situación, de vecinos anónimos que le ofrecieron una cama grande donde dormir con su hijo «hasta que le den una vivienda o alquiler social» y de la propia Administración, que puso el foco en el caso concreto de esta mujer de 66 años.

Pero no todo fueron buenas noticias para Rosario ayer. La dueña del trastero le telefoneó al enterarse que estaba durmiendo en él y le dijo que si en el plazo de media hora no se marchaba de allí, avisaría a la policía para que la tiraran.

«Le he dicho que me tenía que dar unos días para sacar los trastos, pero como si nada», explica la mujer. «Cualquiera se quedaba ahí a pasar la noche», confesaba una vez encontrado un refugio en el citado hotel de València.

Desde que fue desahuciada en el mes de octubre, la mujer explica que lo único que podía costearse es este trastero. Aunque sus ingresos superan los 600 euros, no puede destinar más de 400 euros solo al alquiler. Asumir los avales, meses por anticipado y demás requisitos del mercado privado del alquiler son, directamente, un imposible para ella.

Desde los servicios sociales del ayuntamiento aseguran que la búsqueda habitacional de emergencia para Rosario está en manos de la EVha ( Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo, la antigua Ivvsa), que depende de la Conselleria de Vivienda y cuenta con un parque público escaso que intentan aumentar con diversas medidas, entre las que se encuentra, por ejemplo, el concurso público convocado en octubre para la compra de viviendas a particulares en municipios de la Comunitat Valenciana para su incorporación al parque público de la Generalitat y destinarlas a alquiler social.

Para el caso de Rosario «el ayuntamiento le va a dar una solución habitacional mientras EVha inspecciona y repara una vivienda que acaba de recuperar y que estaba ocupada irregularmente. Eso sí, para alterar el orden de adjudicación de EVha es imprescindible que el ayuntamiento declare la situación de emergencia», señalan desde EVha.

«Lo que necesito es un techo»

Rosario recibió ayer a primera hora de la mañana dos llamadas de su trabajadora social, instándola a acudir al centro de Tabacalera a por un informe que pidió hace meses y a recibir información sobre la ayuda de emergencia. Rosario no acudió a la cita pero sí atendió a los medios de comunicación.

«Si hay interés por mi caso lo voy a aprovechar porque en servicios sociales saben mi situación desde hace mucho tiempo y no me han ayudado. Así de simple. Ya se lo que es la ayuda de emergencia, son 500 euros que a mí no me solucionan nada. ¿Un hostal u hotel para mí y mi hijo a razón de 50 euros la noche? Pues así tengo para 10 noches. ¿Y luego? A mí no me han llamado hoy [por ayer] para decirme a qué piso debo acudir, para decirme que tengo un alquiler o vivienda social, o plaza donde sea. A mí me han llamado para decirme que recoja el informe de exclusión social que pedí hace meses para que un banco me tramitara el alquiler social», relata.

Anoche por fin pudieron descansar dignamente en una mullida cama del citado hotel que acudió ante la llamada de solidaridad que realizó Rosario en este periódico.