Podemos y EUPV se van a dar unos días para pensar. Tras 48 horas de negociaciones para alcanzar un pacto para confluir en las elecciones autonómicas de mayo, los dos partidos no han llegado a un acuerdo que satisfaga a ambos partidos.

La solución, por tanto, pasa por hacer un paréntesis y abandonar las conversaciones durante unos días, sin plazo para retomarlas. Ambos partidos, según han reconocido, comunicarán a sus ejecutivas el estado de la negociación, los puntos acordados y los de discrepancia y recabarán opiniones del partido. "Se trata de ver cuál es el mejor acuerdo posible", han señalado en Podemos.

El partido morado ha sido el responsable de entregar a los de Rosa Pérez Garijo las ofertas para la confluencia. En su opinión han sido "generosas" y van en la línea de trabajar conjuntamente. No ha trascendido el detalle del acuerdo pero no son "humillantes", como también ha insistido esta mañana el diputado César Jiménez.

Ambas formaciones han negado que el pacto esté roto y siguen dispuestos a continuar hablando aunque sin un plazo marcado para evitar presiones. De hecho, las negociaciones han sido "intensas", han reconocido en EUPV, algo que no se había producido hasta ahora.

Además de la lista electoral, que es el punto más conflictivo del pacto por colocar los representantes de cada partido, la negociación se ha "transaccionado" a otros asuntos no tan evidentes, como la presencia en las diputaciones o la distribución de recursos, que componen la letra pequeña del acuerdo. Fuentes cercanas a Pérez reconocieron que estos días han servido para "acercar posturas" pese a no haber llegado a un preacuerdo.

Pese al desencuentro de la semana pasada, cuando EUPV se mostró molesta por la falta de predisposición de Podemos, la organización se mostró agradecida ayer por un cambio de actitud por parte de los morados.

Ninguno de los dos partidos piensa en romper el pacto aunque las dudas sobrevuelan una negociación que ha sido ardua y que aún parece que se va a prolongar durante varias semanas. La semana pasada, el secretario general de Podemos, Antonio Estañ, esperó que el pacto estuviera cerrado en febrero y ahora parece que no hay duda de que no sucederá antes.