La campaña electoral comenzó ayer en las Corts. A poco más de dos meses para la disolución de la cámara ante las elecciones del 26 de mayo, los dos partidos que sostienen al Consell han empezado ya a hacer camino por separado.

Por primera vez en la legislatura, Compromís echó mano ayer de la posibilidad que le otorga el reglamento para replicar la intervención del presidente, Ximo Puig, en una sesión de control. Es la denominada por los ingleses question time, una réplica de apenas un minuto tras el discurso del presidente, algo que la coalición no había utilizado en casi cuatro años.

Existía un acuerdo tácito con los socialistas desde principio de legislatura para que los partidos en el Consell no repreguntaran a Puig porque tampoco tiene sentido que las dos formaciones que sostienen al ejecutivo traten de poner en apuros al jefe del Consell en los plenos como hacen los partidos de la oposición.

De hecho, cuando habla el presidente, su partido, el PSPV, no interviene. Compromís sí participa en las sesiones de control a Puig, pero no hacía uso de sus dos preguntas de un minuto.

Ya amagó antes de las Navidades con usar su réplica, aunque no lo hizo. Pero ese pacto se rompió ayer. Tras la crítica intervención del síndic, Fran Ferri, contra los vaivenes del Gobierno de Sánchez respecto a la reforma de la financiación, descartada ya para lo que queda de legislatura, el síndic de Compromís exigió valentía al Gobierno para incorporar mecanismos compensatorios para los valencianos y reclamó a Sánchez que ponga encima de la mesa una propuesta política de financiación.

Marcar terreno ante la campaña

Ferri seguía la hoja de ruta que desde el lunes ha marcado la coalición contra los presupuestos de Sánchez, pese a que son los mejores para los valencianos en 15 años y aún no está claro que vayan a aprobarse. Pero en ese punto existe una competencia clara entre Compromís y PSPV por empuñar la bandera de la defensa de los intereses valencianos. Por eso, para el PSPV los presupuestos de Sánchez son buenos y para Compromís «insuficientes y mejorables», según dijo Ferri.

Compromís también juega en Madrid desde la moción de censura un papel entre apoyo a Sánchez y la oposición para marcar un terreno propio. Pero ayer, Ferri puso de manifiesto que el Gobierno incumple las reivindicaciones que las Corts han asumido como propias: ni habrá modelo, ni se abordará la deuda histórica ni se llega al porcentaje de inversiones adecuado al peso poblacional, aunque en esto último el conseller de Hacienda, Vicent Soler, discrepa porque al sumar la deuda de la Marina se cumple holgadamente.

En ese punto, la diputada Mireia Mollà cuestionó a Puig por las bajas previsiones de los presupuestos del Estado para la provincia de Alicante. Mollà, que fue cabeza de lista por esta circunscripción en las elecciones de 2015, usó un tono amable, pero el contexto no lo era. Solo el hecho de replicar evidencia la necesidad de Compromís de desmarcarse de los socialistas. Había malestar entre los socialistas. Mata recordó en una red social su receta de las últimas semanas: «Lo primero es no hacerse daño».

Puig respondió a Mollà que inversiones como el corredor mediterráneo en Castelló también son alicantinas y que «hacer provincialismo no beneficia al conjunto de los valencianos».

El presidente dijo que defenderá ante quien haga falta las posiciones de la cámara y se mostrará siempre en contra del estatu quo que nació del modelo de 2002 que da a las comunidades del norte mucha mejor financiación que a la Comunitat Valenciana.

También el PP arremetió contra los presupuestos y exigió una mayor reivindicación de Puig por la financiación. Es «inaplazable e irrenunciable», dijo Puig en el día en que Bonig tejió un discurso en las Corts con claves estatales como Cataluña o ETA para tratar de desacreditar a los socialistas.