Los argumentos son conocidos y el resultado el esperado. La reforma de la ley electoral valenciana, que el tripartito del Botànic ha preparado durante casi cuatro al años de legislatura en las Corts, fracasó ayer por falta de apoyos en el pleno del parlamento valenciano.

Tras la reforma del Estatuto canario y la imposibilidad de que la reforma valenciana salga adelante, los ciudadanos de la Comunitat Valenciana acudirán a las elecciones autonómicas del 26 de mayo con la barrera más alta de España para acceder a su parlamento autonómico, el cinco por ciento de los votos válidos de todo el territorio. La reforma de la ley necesitaba las dos terceras partes de la cámara, 66 diputados de 99, por lo que se hacía necesario el concurso de Ciudadanos para que el tripartito pudiera sacar adelante la ley, toda vez que el PP ya se desmarcó hace años de esa reforma.

«Más pronto que tarde los valencianos tendrán la ley que se merecen», aseguró el síndic de Compromís, Fran Ferri. Pero no será en esta legislatura. Cuatro años perdidos porque el Botànic ha esperado al final de la legislatura para aprobar una ley que probablemente hubiera salido adelante años atrás cuando Ciudadanos avaló cuestiones como la apertura de la televisión autonómica, antes del giro conservador que realizó en febrero de 2017. Precisamente Ciudadanos, que llevaba en su programa electoral la bajada de la barrera electoral al 3 por ciento, cambió de posición hace aproximadamente un año cuando las encuestas empezaron a serle muy favorables y su aumento de votos en el territorio valenciano parecía (y parece) asegurado. El tripartito no ha logrado convencer al partido de Albert Rivera en estos últimos meses. La formación centrista se descolgó con una petición, la de la circunscripción única, que requería una reforma del Estatut para la que ya no hay tiempo, aunque el diputado Emigdio Tormo insistió ayer en las Corts en que sí es posible.

Pero tras meses de debate con las posiciones inalterables, lo que queda es que los partidos que no lleguen a sumar el cinco por cien de los votos, aproximadamente unos 110.000 votos, se quedarán sin representación parlamentaria. Algo habitual en la historia política valenciana donde formaciones como Esquerra Unida en las elecciones autonómicas del 2015, el Bloc en varias ocasiones, Unió Valenciana o el Centro Democrático y Social (CDS) se han quedado fuera de la cámara tras superar el tres por ciento pero no alcanzar el cinco por cien.

De hecho, con la ley valenciana aplicada por ejemplo a Cataluña, el Partido Popular se habría quedado sin representación en esta legislatura en la que tras las elecciones de diciembre de 2017 no llegó al cinco por ciento o Ciudadanos no hubiera podido acceder al Parlament en sus inicios.