Al revés familiar que supuso la detección de leucemia en 2015, sumada a la muerte previa del único hijo varón de los Zaplana Barceló y a la detención y encarcelamiento el pasado mayo del que fuese jefe del Consell, se une la enfermedad de la matriarca, Rosa Barceló, según informa La Otra Crónica. La esposa de Zaplana, discreta y alejada de los medios, se realizó un chequeo meses antes del estallido del caso Erial. Un mes antes de la detención de Eduardo Zaplana los resultados médicos confirmaron que su mujer padecía la misma enfermedad.

La familia del expresident Eduardo Zaplana El entorno del político, en prisión preventiva desde el pasado mes de mayo por el presunto blaqueo de capitales e ingresado durante más de un més en el hospital La Fe de València como consecuencia de un empeoramiento de la salud, ha intentado en diferentes ocasiones pedir su libertad. Los intentos, un cúmulo de fracasos, tampoco han logrado que el exministro popular cumpla su condena preventiva bajo arresto domiciliario.

Barceló permanece angustiada por la situación que atraviesa, puesto que no puede acompañar en el ingreso hospitalario a su marido, en régimen de aislamiento hospitalario en el mismo centro médico donde recibe tratamiento Barceló.

Zaplana y Barceló trasladaron su residencia de la capital a València tras el diagnostico de la enfermedad del expresident, en 2015. Cuatro años antes, en 2011, el matrimonio perdía a su hijo Edu, de solo 22 años de edad. En marzo de 2018, dos meses antes de la detención, moría el padre de Rosa, Miguel Barceló, empresario hotelero y senador.

Esta situación se produce en medio de la polémica por el mantenimiento en prisión de Zaplana, acto que algunos sectores políticos, afines y distantes al exministro, han considerado inhumano e innecesario. Además de las recogidas de firmas realizadas con el objetivo de mostrar el apoyo popular que podría recibir el político, el equipo jurídico del jefe del Consell entre 1995 y 2002 ha pedido en cinco ocasiones su puesta en libertad provisional, la última el 28 de diciembre, alegando que no existe riesgo de fuga debido a su estado de salud. Los familiares cuentan con 45 minutos de visita semanales, por lo que Barceló y Zaplana no pudieron pasar juntos la Nochebuena al haber agotado el tiempo semanal.