El servicio ferroviario del AVE entre las ciudades de Madrid y València alcanzó durante el año 2017 la cifra de 2,5 millones de viajeros, igualando prácticamente el trayecto, también en alta velocidad, entre la capital de España y Sevilla, que fue de 2,6 millones de viajeros en ese mismo periodo.

Así ha quedado reflejado en un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) dado a conocer ayer que ha sido realizado con vistas al proceso de liberalización del transporte ferroviario de viajeros, que se iniciará el diciembre del próximo año.

Según ese documento, la línea de AVE entre Madrid y Barcelona es la más usada, con 4,1 millones de viajeros en 2017, seguida por la de Sevilla y, a muy poca distancia, la de València. El mismo estudio augura que, en muy poco tiempo, el trayecto a la capital valenciana superará al de Sevilla, dado que el incremento en el número viajeros fue, entre 2016 y 2017, del 6% frente a un exiguo 0,9% del trazado a la ciudad andaluza.

En ambos casos, el análisis realizado aporta más similitudes en el tráfico de viajeros desde València y Sevilla hacia Madrid o viceversa. Así, en ambos casos este servicio ha permitido acaparar la mayor parte de los usuarios del transporte colectivo que se mueven entre esos núcleos, superando el 80% del total y relegando a un bajo nivel los servicios que se cubren con autobús o avión.

En el caso de la línea Madrid-Alicante del AVE, el número de viajeros se aproxima al millón, similar a los trayectos Madrid-Zaragoza o hacia Málaga.

Mención aparte merece el caso de la línea ferroviaria, en este caso convencional, entre las ciudades de València y Barcelona, que también sumó más de un millón de viajeros en 2017. Según destaca este mismo estudio de la CNMC, la distancia entre las capitales valenciana y catalana, 350 kilómetros, «consagra el ferrocarril como el modo de transporte prioritario», superando el 90% del total, penalizando al avión. Los autores de este análisis indican que eso se debe a los tiempos de acceso a los aeropuertos. Los usuarios saben que, aunque el servicio ferroviario no alcanza la velocidad del AVE, alrededor de 300 kilómetros por hora, se tarda menos en llegar al centro de ambas ciudades. Y eso pese a que quienes se inclinaron por el avión entre Manises y el Prat de Llobregat fueron, en 2017, un 50% más que en el año anterior debido al servicio puesto en marcha por Vueling y Air Nostrum.

Si se suman los usuarios de las líneas de AVE y del ferrocarril convencional, el corredor Madrid-Barcelona-frontera francesa sigue siendo el más usado, con más de 8,7 millones de viajeros y un incremento del 5% en el último año. Le siguen los trazados Madrid-Andalucía, con 7,3 millones y una subida del 4,2%, mientras que los servicios entre la capital española y la Comunitat Valenciana supera los 5,4 millones de viajeros, lo que representa un 5,3% más que en el año anterior, el dato más positivo en cuanto a incrementos.

Casi 50.000 millones invertidos

La CNMC destaca que España es el país de Europa que disfruta de la más extensa red ferroviaria de alta velocidad y también el que más kilómetros tiene en construcción, con 904. En total, el Estado ha invertido 33.500 millones de euros en los proyectos terminados, a los que suman otros 13.000 millones para los tramos en obras.

El informe concluye que en los próximos años Adif deberá aumentar sus ingresos para amortizar esa enorme inversión y cubrir los costes de su mantenimiento.