En el mismo fin de semana en el que el PP consumó su viraje a la derecha y Podemos abrazó el abismo de la ruptura, Albert Rivera escogió la céntrica plaza del Patriarca de València para escenificar su espaldarazo a Toni Cantó como virtual candidato de Ciudadanos a la presidencia la Generalitat en las elecciones autonómicas de mayo.

El diputado del Congreso confirmó ayer lo que lleva siendo un secreto a voces desde hace meses: se presentará a las primarias del partido naranja, convocadas en las próximas semanas. Enfrente, en un principio, no tendrá contrincante.

En un acto multitudinario que reunió a militantes y dirigentes de Ciudadanos de toda la provincia, Rivera agitó la bandera de la «unidad» contra su enemigo natural, el secesionismo catalán, pero también contra «los del 'España va bien' de hace 30 años (en alusión al PP) y los que están cavando trincheras» (en referencia al PSPV).

Cantó inició su intervención evocando el conflicto de Cataluña: pidió un aplauso para los «compañeros de Vic que sufrieron un escrache de un grupo de fascistas intolerantes». Toda una declaración de intenciones.

Su discurso, como es habitual, estuvo plagado de referencias a la «amenaza del pancatalanismo» y al «adoctrinamiento en las aulas». El diputado afirmó que el presidente Ximo Puig «permite que en muchos colegios no se dé ni una hora en castellano», aunque admitió que no dispone de los datos para demostrarlo porque «se niegan a darnos la documentación».

«Es como pedirle la tesis a Sánchez», ironizó, antes de arremeter contra el portavoz del PSPV en las Corts, Manuel Mata, por pedir que se le declarara «persona non grata» en la Comunitat Valenciana tras abstenerse en la votación de la reforma del Estatut. «Aquellos que quieren crear trincheras y dar carnés de buenos valencianos nos van a tener enfrente. Les echaremos con nuestros votos de las instituciones porque la C. Valenciana merece mejores gobernantes», dijo Cantó.

En medio, alertó del «contagio del nacionalismo importado» y cargó contra el «enchufismo de amiguetes». El diputado se situó frente a «la corrupción y la mala gestión del PP y el pancatalanismo del PSC valenciano y de Compromís». «Hay una tercera vía centrada en crear riqueza y empleo y la única posibilidad es desalojar al tripartito de las instituciones», insistió Cantó, que puso el foco en Puerto Mediterráneo y acusó al Botànic de ahuyentar inversiones.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, apuntaló el mensaje de su «amigo», del que dijo que sería «un presidente valiente» que «combate al nacionalismo y defiende lo mejor para la Comunitat Valenciana y para España».

Rivera trató de marcar distancias con PSPV y PP. «Se están mimetizando con los populistas: Sánchez con Podemos y Casado con Vox», incidió, augurando que a los socialistas valencianos «les va a pasar como en Andalucía si Cantó se presenta». «Se fueron los de la Gürtel y llegaron unos que lo hacen peor y se pasan el día hablando de los que estaban antes». El dirigente naranja admitió que «nadie va a tener mayoría absoluta en las elecciones», pero indicó que «se puede ganar sumando con otros, con un liderazgo político claro».

«Liberalismo sin complejos»

Rivera responsabilizó a Sánchez de «romper puentes pactando con secesionistas» y de «secuestrar las urnas». «Quiero llegar al Gobierno con una alianza de constitucionalistas, no con los que quiere romper el país. Hay que quitar las zarpas del nacionalismo de las escuelas», continuó.

A su juicio, «el principal reto es si España sigue unida hacia adelante o se rompe». El líder de Ciudadanos defendió a ultranza un «liberalismo sin complejos», con menos intervención del Estado en la economía o la educación. «Quiero un país que no nos asfixie a impuestos», sentenció.