Esta especie invasora originaria de Florida, detectada en 2014, supone un grave problema para la pesca del langostino y la sepia.
Un equipo de científicos del Centro de Investigación Marina de la Universidad de Alicante ha comenzado a desarrollar un proyecto para tratar de combatir la expansión del cangrejo azul americano por la costa de la provincia, a petición de la Cofradía de Pescadores de Guardamar. Una especie exótica, muy voraz, sin depredadores conocidos, que apareció en el Mediterráneo en 2012, y se ha ido expandiendo por todo el litoral de la provincia desde 2014, especialmente en Guardamar, Torrevieja y Santa Pola, aunque se ha detectado incluso en el Barranco de las Ovejas de Alicante y el Marjal de Pego. Un cangrejo letal, por otro lado, para las poblaciones locales de langostino y sepia y, que además, es extremadamente fuerte y rompe las redes de los pesqueros.
Entre las medidas paliativas de urgencia, la Universidad de Alicante plantea que la Administración permita su pesca, ya que se trata de una especie comestible. Pero la solución no es tan fácil, ya que se trata de autorizar el uso de aparejos más fuertes que pueden, además, afectar a otras especies, por lo que todo debe estar muy controlado. Lo cierto es que la expansión del cangrejo azul es imparable y se han localizados especies en azarbes de Dolores e, incluso, en El Hondo de Elche, pero los investigadores de la Universidad de Alicante están convencidos de que también habrá pronto en la Marina Alta, pues también ha habido avistamientos de ejemplares en el Marjal de Pego. El verano, su época de cría, es el periodo del año con una mayor expansión y Guardamar la zona más problemática debido al impacto socioeconómico al amenazar al preciado langostino guardamarenco.
Carmen Barberá, investigadora del Centro de Investigación Marina (Cimar) de la Universidad de Alicante, alerta de que su expansión va más deprisa que los avances científicos y los esfuerzos de la Administración. Este cangrejo tiene, además, unas tasas elevadas de fecundidad y supervivencia, lo que podría justificar también el éxito de su adaptación en la costa provincial, con aguas cálidas varios meses al año. «De momento estamos con el trabajo de campo porque no sabemos datos concretos como la cantidad de especies y su población. Lo que está claro es que existen y son un problema porque ahora mismo no hay depredadores conocidos, lo que le convertiría en una especie más». Sobre el origen, Barberá explicó que «todo apunta a que pudo llegar como lastre en algún barco, pero también tenemos información de que hubo en Turquía un intento de acuicultura y es muy fácil que las larvas se escaparan y acabara propagándose».
La pesca artesanal es uno de los sectores más afectados, ya que el cangrejo destroza las redes cuando son capturados, de forma accidental. El estudio nace a raíz de la demanda de la Cofradía de Pescadores de Guardamar. En este municipio y Santa Pola se pesca en verano y con trasmallo langostino y sepia. Una de las medidas de control de su expansión, sugiere Carmen Barberá, «podría ser la autorización de su pesca con nasas más específicas y que sustentara una modalidad pesquera, como sucede en el Atlántico americano, de donde procede el cangrejo. Estamos trabajando con los pescadores para que prueben diferentes tipos de nasas. En La Albufera de Valencia y en el Mar Menor está causando problemas todo el año porque pescan también en invierno», aseveró la científica.
El primer avistamiento del cangrejo en la provincia de Alicante data de 2014, tanto en Guardamar como en Santa Pola. Antes, en 2012, se vio en el Delta del Ebro. También se tienen noticias del cangrejo en la zona de Túnez y en Turquía desde los años 40 del siglo XX, pero es originario del Atlántico Norte. En EEUU es una pieza más de pesca. Carmen Barberá, precisa, en este sentido, que «allí se pesca con un arte de pesca especial».
El cangrejo azul se caracteriza ser muy agresivo, tener las pinzas muy duras y cortar con mandíbulas fuertes con las que devora, pudiendo comerse otro cangrejo. Los investigadores han llegado a la conclusión, analizando contenidos estomacales, que estos cangrejos también se comen entre ellos. Por contra, al tener un metabolismo muy acelerado y hacer la digestión muy rápida, el análisis del contenido resulta muy complicado.
Dimensiones
Algunos de estos cangrejos pueden llegar a medir más de veinte centímetros de extremo a extremo de sus patas, y pesar más de 450 gramos. Están camuflados de día y pescan de noche. Los científicos no han notado interacción con otras especies objetivo de pesca, pero está siendo difícil analizar esto porque los pescadores evitan las zonas donde hay más cangrejos. Sí se ha demostrado que en verano está en el mar y luego migra hacia agua dulce, encontrándose en invierno en azarbes, ríos, embalses de las Salinas de Santa Pola al Hondo de Elche o incluso ha aparecido en azarbes de Dolores.
En la provincia se han pescado, como mucho, diez cangrejos de una vez atrapados en las redes, en el Delta del Ebro están sacando, con arrastre, diez kilos todos los días, a unos doscientos gramos de peso por cangrejo. También los hay en la Albufera de Valencia y en el Mar Menor.
El Centro de Investigación Marina y Ayuntamiento de Santa Pola, colaboran el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola en el seguimiento sobre la distribución de esta especie invasora en este humedal protegido, lugar donde se capturó por primera vez en el año 2014. En verano las hembras se desplazan al mar para realizar las puestas. Los huevos necesitan cierta salinidad para eclosionar y que salgan las larvas. A principios del otoño las hembras migran junto a los juveniles a masas de agua dulce. Barberá precisa que uno de los objetivos es «definir muy bien donde está en cada momento».
