Ecologistes en Acció última sus alegaciones al nuevo Plan Integral de Residuos (PIR) de la Comunitat Valenciana, que tildan de «continuista» respecto al de 2013.

Una de las medidas que contempla la modificación del documento incluye la recuperación por parte de la Generalitat Valenciana del control de las básculas de pesaje en las plantas de tratamiento de residuos, tal como avanzaba Levante-EMV en su edición de ayer.

Para Carlos Arribas, coordinador estatal del Área de Residuos del grupo ecologista, «si la recogida en origen no funciona bien, el resto son parches». «Lo único que puede generar lo del control de las básculas es desconfianza en los operadores», asevera Arribas, quien tampoco entiende que el PIR contemple que la Generalitat Valenciana deba «compensar al Consorcio o entre supramunicipal de gestión por los costes de explotación de estas básculas».

En cualquier caso, Arribas reitera que el Consell no debería dejar en manos de las entidades locales la elección del sistema de recogida y apostar por el «puerta a puerta en vez del quinto contenedor», «como tampoco abandonar el SDDR, que es pieza fundamental para cumplir con las directrices europeas».

La eficiencia en la recogida separada de los residuos orgánicos, según el grupo ecologista, es el único camino hacia el residuo cero-vertido cero. «Los estudios indican que el sistema de contenedores alcanza un máximo del 50 % de preparación para reciclado en el mejor de los casos y contiene sin embargo un 30 % de impropios», comenta Arribas.

El «puerta a puerta», mientras, «alcanza el 70 % de materiales separados para reciclar, con una media de impropios de solo el 7 %». «Con el sistema de contenedores no se podrían alcanzar los objetivos de reciclaje europeo para el año 2030. Vamos al colapso, porque los vertederos están saturándose a toda velocidad», incide.

«No se puede confiar en el sistema de los contenedores, porque ahí dependes del voluntarismo y está demostrado que la participación de la gente no supera el 15%», remarca, para insistir en que la basura ha de personalizarse con sistemas identificativos, como en el «puerta a puerta». «Ahí tienes una obligación de entregar determinados residuos en dias prefijados, porque si no no te la recogen o tienes una multa», explica, poniendo como ejemplo el País Vasco.

El PIR 2018-2022, ahora ya en la recta final de exposición pública, tendrá también alegaciones de los ecologistas en cuanto a la participación. Consideran «falso» que haya existido consenso en su redacción, pues solo se les citó a dos reuniones este verano, en julio y agosto, por lo que reclamarán «más participación pública».