El aumento de la gripe y de diversas infecciones respiratorias desde que comenzó el invierno mantiene a los hospitales valencianos en jaque. Con ligeras variaciones, la alta presión asistencial en Urgencias viene dejando durante los últimos diez días imágenes de urgencias desbordadas, camas en los pasillos y pacientes esperando tener cama libre durante más horas de las deseadas. Ayer miércoles, y después de un día festivo en la capital en el que se dieron pocas altas, la situación volvió a complicarse en algunos centros. Por ejemplo, en el hospital Clínico de València, a mediodía había una docena de camas en los pasillos de observación. Además, el centro mantiene seis habitaciones dobles con tres pacientes ante la falta de espacio. En el centro el refuerzo especial de personal es de 24 personas.