El caso Agreal juzgado en València, donde siete mujeres reclaman la responsabilidad civil a la empresa farmacéutica Sanofi-Aventis por los daños que causó el fármaco que les prescribieron para paliar los sofocos de la menopausia, quedó ayer visto para sentencia. En su informe de conclusiones, el Ministerio Fiscal se mostró a favor de que la demandada indemnice a cada una de las siete afectadas con 4.000 euros por los daños morales sufridos, tras incidir en el hecho de que las contraindicaciones no estaban reflejadas en el prospecto. Sin embargo, no considera acreditada la relación de causalidad entre los síntomas psiquiátricos que han padecido a posteriori y la toma de Agreal.

El letrado de las demandantes, Francisco Almodóvar, remarcó la importancia del dossier secreto que la empresa Sanofi en Francia entregó a la Agencia Europea del Medicamento y que motivó la retirada del Agreal en Europa en 2007. Almodóvar confía en que la Sala tenga en cuenta dicha prueba donde figuran «las reacciones graves de carácter psiquiátrico y neurológico del medicamento en tratamientos prolongados de más de tres meses».

Del mismo modo lamentó que la Fiscalía solo haya tenido en cuenta un informe de la Real Academia de Medicina de València, al considerar que «está mal hecho metodológicamente». Y mantiene las reclamaciones de entre 400.000 y un millón de euros por paciente, dependiendo del caso y las secuelas de cada uno de sus tratamientos.

«Mi única meta era meterme en la cama y que no me molestaran para nada, no tenía ganas de salir a la calle ni ver a nadie, tenía pánico», explica María Font, de 66 años y la única valenciana de las demandantes, aunque hay otras afectadas a la espera de juicio.