El desarrollo de las energías renovables y la lucha contra la despoblación rural pueden ir de la mano. Así lo consideraron ayer tanto Marcos Lacruz, presidente de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen), como Blanca Marín, secretaria autonómica de Economía Sostenible, que recalcaron que la apuesta por las renovables puede suponer un freno a la marcha de la población de las áreas del interior valenciano que lleva produciéndose desde hace ya varias décadas.

En este sentido, Lacruz recordó que hay actualmente 1.500 millones de euros en inversiones pendientes de tramitación... y que éstas generarían «hasta 3.000 puestos de trabajo en zonas rurales, lo que contribuiría a la lucha contra la despoblación». Y es que buena parte de estas fuentes, como son la energía eólica, la fotovoltaica, la hidráulica o incluso la biomasa se generan principalmente en áreas poco pobladas, como son las del interior valenciano.

Asimismo, Marín aseguró que el actual Consell considera como «estratégicos» todos los proyectos que «bien planteados medioambientalmente» se desarrollen en áreas que sufren despoblación, ya que éstos contribuyen de forma positiva a la búsqueda del «equilibrio territorial».