Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, día 2 de febrero, Ecologistes en Acció País Valencià, se suma a este acontecimiento "en un escenario en el que, por desgracia, diversos humedales de la comunidad están en una situación crítica al igual que en el resto del planeta". "Ni más ni menos que, desde el año 1900, el Planeta Tierra ha perdido el 64% de sus humedales y estos ecosistemas absorben el 30 % de las emisiones de CO2 en la atmósfer", denuncian.

En España, desde 1982, setenta y cinco zonas húmedas están bajo el paraguas del Convenio Ramsar, con un total de 304.564 hectáreas, convirtiéndose así en el tercer país con más espacios de estas características; entre ellos algunos de los espacios naturales y ecoturísticos más visitados del país, como Doñana, Tablas de Daimiel y todo el conjunto de lagunas de la Mancha Húmeda, el Delta del Ebro o l'Albufera, según el grupo ecologista.

La Comunitat Valenciana acoge a siete humedales Ramsar, con un total de 33.151,9 hectáreas, siendo declarada, el pasado 12 de abril de 2018, como nueva zona protegida, a la marjal de Almenara, con cerca de 1.500 ha de humedal y una biodiversidad desbordante (https://www.ramsar.org/es/nuevas/espana-designa-el-marjal-de-almenara-como-sitio-ramsar). "En nuestra comunidad autónoma existen miles de humedales, ya sean catalogados por figuras de protección como parques naturales, zonas húmedas, lugares de importancia comunitaria-LIC, zonas de especial protección para las aves-ZEPA, etc, o como no catalogados, como desembocaduras, embalses, balsas, lagunas, etc. y todos están protegidos por las leyes autonómicas, que determinan que nuestras zonas húmedas ni se pueden alterar, ni desecar, ni contaminar, ni quemar,...", relatan.

La importancia ambiental y socioeconómica de los humedales está ampliamente documentada, según Ecologistes en Acció. En pleno proceso de cambio climático, los humedales se están revelando como unos referentes de primer orden sobre la evolución de este fenómeno a escala global y también como eficaces paliativos de algunos de los peores efectos del calentamiento global. Por un lado, reflejan mejor que ningún otro ecosistema las distorsiones que se están produciendo en el clima. "Son auténticos sumideros de CO2; con su capacidad de acumular agua, amortiguan y retrasan las sequías; laminan y retienen el agua dulce; reducen los efectos de las inundaciones; nos aportan agua dulce, garantizan nuestro suministro de alimentos, mantienen la biodiversidad; son auténticas depuradoras naturales; albergan flora y fauna única, etc€ son, por tanto, esenciales para la vida", argumentan.