El exconseller Rafael Blasco disfruta ya del régimen de semilibertad gracias al tercer grado que le ha concendido la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario Antonio Asunción de Picassent, tras cumplir la mitad de su condena: tres años y siete meses frente a los seis años y seis meses que le impuso el Tribunal Supremo en 2015.

Por ahora, el tercer grado impuesto al exconseller se traduce en que deberá pernoctar todos los días de la semana en el Centro de Integración Social (CIS) Torre de Espioca de Picassent los siete días de la semana. En breve su situación pasará por la junta de tratamiento y concretarán posibles cambios de horario (podría quedar eximido de acudir los fines de semana al CIS o cualquier otra puntualización respecto a su situación, que se examina personalmente en cada preso, según fuentes conocedoras de estos hechos).

La posibilidad de instalarle una pulsera telemática que le permita evitar acudir al centro penitenciario incluso por la noche se valorará más adelante.

Blasco ha logrado este régimen de semilibertad por varios motivos: además de haber cumplido más de la mitad de su condena, también ha pesado en la autorización para que salga de la cárcel su avanzada edad (el 9 de febrero cumplirá 74 años) y algunas complicaciones de salud. También ha pesado el hecho de que los delitos por los que fue juzgado se cometieron hace ya casi una década y que nunca ha rehuído la acción de la justicia, según confirman fuentes conocedoras de la decisión de conceder el tercer grado al cuatro veces conseller con cuatro presidentes de la Generalitat. Tampoco existe ya posibilidad de reincidencia pues la condena incluyó veinte años de inhabilitación absoluta, por lo que sólo podría volver a la política o ejercer algún cargo a los 90 años.

El próximo 15 de abril tendrá que sentarse de nuevo en el banquillo por el juicio de la última pieza del caso Cooperación que queda por juzgar.

Sobre la deuda pendiente con el Tribunal de Cuentas, (1.951.290 euros por las ayudas primeras desviadas a Nicaragua) apenas ha sido devuelta una pequeña parte. Blasco ha instado al tribunal a que le embargue su casa de la Barraca de Aigües Vives. Una decisión que depende de este tribunal. La Generalitat insiste también en el embargo para resarcirse del daño sufrido.