Manolo Tamarit Llopis, más conocido en Albal como «el Boñigo», fue asfixiado después de recibir una brutal paliza que le provocó la rotura de varias costillas y contusiones por todo el cuerpo. Así lo reveló ayer el resultado preliminar de la autopsia del anciano de 92 años realizada en el Instituto de Medicina Legal de València. Su cadáver, cubierto por completo con aceite de cocina y con varias botellas arrojadas sobre el mismo, fue encontrado en la mañana del pasado viernes por una sobrina del fallecido, aunque por el estado que presentaba el cuerpo y el testimonio de las últimas personas que lo vieron salir de casa, la muerte se produjo entre la mañana y la tarde del miércoles.

Los investigadores del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de València mantienen abiertas varias líneas de investigación aunque cobra fuerza la hipótesis de que la víctima conociera a su asesino y le dejara entrar en la casa, de ahí que no estuviera la puerta forzada.

La posibilidad de que se trate de un robo es una de las líneas de trabajo, pese a que la casa no estaba revuelta y no se aprecia, a falta de una revisión en profundidad, que falten objetos de valor en la misma. No obstante, no se descarta que el autor u autores del crimen buscaran dinero en metálico y le propinaran una paliza para obligar al nonagenario a decirles dónde lo guardaba.

Del mismo modo, conocidos del fallecido apuntaron a Levante-EMV que Manolo vivía solo, era bastante confiado y que en ocasiones recibía la visita de chicos jóvenes, a los que pagaba a cambio de sexo. La Guardia Civil trata de recabar información sobre el entorno del fallecido aunque a priori hacia tiempo que no se le solía ver en compañía de ninguno de estos chicos. Aún así, el componente sexual del crimen no está descartado.

El hallazgo del cadáver se produjo en torno a las 9.30 horas del pasado viernes cuando Milagros, una sobrina del fallecido acudió a la casa de su tío, situada en la calle Maestro Serrano de Albal, preocupada porque éste no respondía a sus llamadas. La mujer, de 61 años, y única de la familia que acudía a verlo regularmente, según explica Ana, amiga del fallecido, estuvo telefoneándole a lo largo del miércoles y el jueves sin obtener respuesta. Raúl, vecino de la víctima, asegura que lo vio sacar la basura el miércoles por la mañana. Otros testigos también refrendan que el anciano estaba vivo a esas horas, ya que lo vieron comprar en el mercado próximo a su casa.

La vivienda tiene una puerta trasera que da a la calle la Lluna donde precisamente estos días está montado un mercado medieval con motivo de la festividad de San Blas. Ni esta ni la puerta principal estaban forzadas. Lo único que encontraron los agentes fue la ventana del corral rota, aunque es probable que sea una falsa pista. Tampoco está clara la razón por la que lo rociaron con aceite, un misterio que se aclarará cuando el autor del crimen sea detenido.