El porcentaje de ejecución real en obras de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales ha pasado del 33,5% del año 2015, al 16,8% en 2017, según los datos de la propia Epsar. Las cuentas de 2017 arrojan un volumen de inversión en obra ejecutada de 3,27 millones, frente a los 9,89 de 2016 y los 37,69 de 2015. La última memoria de gestión admite ese descenso «debido sobre todo a que no se ha dispuesto de proyectos en fase de tramitación adecuada para poder efectuar su licitación». En 2018 se anunciaron 168,7 millones de inversión que se quedaron en 31,09, aunque aún falta por saber los datos finales, que no se harán públicos hasta el mes de marzo.
La baja ejecución presupuestaria se remonta a 2015, cuando la Epsar presupuestó 112,35 millones entre obras que debían iniciarse (17,04 millones), para finalizar (73,62 millones) y las que ya estaban en ejecución ese año (21,69). Finalmente, el presupuesto ejecutado fue de 37,7 millones, es decir un 33,5%. En 2016 se anunció una inversión récord de 164,21 millones de euros, que contemplaban 149,23 para el inicio de obras y 14,98 para finalizar las que ya en marcha. Sin embargo, de los 49 millones presupuestados solo se ejecutaron 9,89 millones, un 20,18%.
La tendencia a la baja se acentúa en 2017 cuando la Epsar vuelve a hablar de una inversión de 147,31 millones de los que 8,56 procedían de anteriores anualidades, 43,51 serían para las nuevas obras comenzadas en el ejercicio y 96,65 para proyectos «en fase muy avanzada». Finalmente, la entidad reduce su presupuesto a 19,44 millones y ejecuta solo 3,27 millones, un 16,8%. Para este 2019 que acaba de iniciar, la Epsar adelantó en el Consejo de Participación una inversión récord de 234,66 millones.
En ese balance, que es público, se admite también que el importe para las reformas, mejoras y reparaciones, se ha reducido ligeramente respecto al ejercicio anterior, «si bien se mantiene en un nivel elevado que en los próximos años deberá incrementarse». En ese punto, se admite la necesidad de este tipo de inversiones «para renovar las instalaciones que por su antigüedad se están quedando obsoletas, reponer equipos anticuados, reparar instalaciones y adecuar las mismas a nuevos requerimientos ambientales».
Desde la Epsar se argumenta que el Plan de Obras «es plurianual y que los importes asignados para un año se destinan también a las certificaciones pendientes de abono de años anteriores que ya han sido ejecutadas, revisiones de precios, indemnizaciones o a estudios y proyectos».
Solo entre 2011 y 2013 había bajado tanto la inversión por los recortes en la época del PP. De hecho,Enrique Lapuente, gerente de la entidad pública, recuerda que cuando accedió al cargo en 2015 se encontró con «estanterías vacias y muchas deudas y litigios de años anteriores». «Los importes consignados en la gran partida de presupuesto de obra en 2016 y 2017 se han ido fundamentalmente a resolver los conflictos heredados (del PP) sin posibilidad de iniciar obra nueva por no disponer de proyectos redactados que contaran con todas las autorizaciones», defiende. «En 2018 empezamos por fin a licitar, un poco más tarde de lo previsto debido a las modificaciones que ha introducido la nueva ley de contratos», explica Lapuente. «Seguiremos licitando y ejecutando lo ya contratado, por lo que esperamos que al final de legislatura se haya restablecido la normalidad», incide.
