El exconseller Rafael Blasco acaba de admitir en las Corts que se equivocó en el Caso Cooperación que le ha supuesto una condena de seis años y seis de cárcel, de los que ya ha cumplido tres años y siete meses, por lo que ya disfruta del tercer grado penitenciario. «Me resistí a aceptar políticamente que había un lío en esa conselleria. Me resistí a dimitir y me equivoqué», ha asegurado durante la comisión de investigación del Caso Taula en las Corts, donde ha protagonizado su primera comparecencia pública después de obtener el régimen de semilibertad que le permite tener que ir sólo a la cárcel.
El cuatro veces conseller con cuatro presidentes de la Generalitat asegura que ha asumido su error «con todas las consecuencias y estoy cumpliendo mi condena y asumiendo los errores por los delitos que a mi se me imponen», ha asegurado durante la intervención ante los diputados de las distintas fuerzas políticas en las Corts. Una comparecencia que ha sido por momentos tensa, sobre todo con la diputada socialista, Clara Tirado, una de las denunciantes de las irregularidades en las ayudas a la Cooperación por las que Blasco ha sido condenado y tiene pendiente otro juicio a partir del 15 de abril.
Sobre el Caso Taula, por el que ha sido citado, Blasco ha asegurado no tener nada que aportar. Ha negado haber presenciado el pago de comisiones ni haber participado en «reuniones de mesa camilla» para decidir un presunto trato de favor en las adjudicaciones del Consell, durante su paso por distintas conselleries. Aunque también ha lanzado un misil a la línea de flotación de uno de sus anteriores partidos, el PSPV, cuando ha asegurado: «He visto muchas cosas en política. Como ver a un secretario de organización socialista enviar cartas para recomendar determinadas adjudicaciones y pedir comisiones del 10%», ha asegurado durante una respuesta al diputado de Ciudadanos, Antonio Subiela. Blasco también ha negado haber tenido relación institucional con Marcos Benavent (el yonki del dinero) y aseguró que su amistad con Alfonso Rus (expresidente de la Diputación y expresidente provincial del PP) no supuso ningún trato de favor.
