La movilidad sostenible en las ciudades y en el área metropolitana no requiere una solución única sino un amplio abanico de alternativas flexibles que se adapten a las distintas circunstancias de cada persona en sus desplazamientos. Esta es la principal conclusión del debate que se suscitó entre representantes de instituciones públicas, expertos en movilidad, dirigentes vecinales y empresariales, y especialistas de firmas que trabajan en este sector, en el desayuno organizado en la sede del diario Levante-EMV, bajo el título «Movilidad Sostenible. Creando ciudades innovadoras» que tuvo como punto de partida el municipio de Paterna.

La directora de periódico, Lydia del Canto, abrió las intervenciones animando a todos a poner en común ideas que fomenten la movilidad sostenible, uno de los actuales retos de la sociedad actual. A la mesa se sentaron el alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, así como el impulsor de uno de los proyectos más innovadores de la ciudad en materia de planificación urbana, el barrio La Pinada, Iker Marcaide. Junto a ellos estaban la directora de la Autoritat de Transport Metropolità València, María Pérez Herrero; el gerente de Edetania Bus, Salvador Navas, concesionario del transporte público en la zona; el gerente de la Federación Valenciana de Polígonos (Fepeval), Diego Romà, dado que Paterna es el referente industrial; el responsable de la delegación de movilidad sostenible de Ford (Ford Smart Mobility), José Pablo Rodríguez; el dirigente de la Asociación de Vecinos de Lloma Llarga-Valterna, Manuel Merino; el presidente de la firma Alterna Mobilidad, basada en el alquiler compartido de coches eléctricos, Vicent Garcia; y el administrador de la Asociación Española de Movilidad Sostenible (Aemus), Nacho Mas.

Sagredo defendió que Paterna tiene una posición estratégica en el área metropolitana de València y está en crecimiento, además de tener la complejidad de sus distintos núcleos urbanos e industriales disgregados. Por tanto, uno de sus retos es planificar «cómo se integra» toda esa realidad desde un punto de vista de movilidad sostenible. Para el mandatario es «fundamental» no repetir «errores del pasado» en la planificación, como el caso de Lloma Llarga. De ahí que pusiera como ejemplo, en reiteradas ocasiones, el modelo que representa la Pinada «a nivel mundial», que «convertirá la ciudad en el Silicon Valley europeo».

Por su parte, Iker Marcaide remarcó que su proyecto se basa en los objetivos de sostenibilidad de la ONU «frente al urbanismo que ha derivado en congestión y desigualdad», un modelo «entre las soluciones duras (la infraestructura) y las más blandas (los servicios y la tecnología)». En esta línea, defendió que cuando se planifica, se ha de valorar el impacto que generan las infraestructuras y pensar que «han de ser flexibles para poder adaptarlas a los cambios». Para ello, apostó por la tecnología como factor imprescindible.

María Pérez reconoció que el gran reto de la Autoridad del Transporte Metropolitano es «romper las barreras» entre los municipios, para lo que es clave que los consistorios cedan competencias. Dado que en el área metropolitana de València solo un 15 % de los desplazamientos se realiza en transporte público (urbano y radial con la capital), el objetivo es que este medio «gane cuota de mercado», impulsando diferentes medidas.

Salvador Navas, de Edetania, denunció que el sector concibe València como una ciudad «amurallada» porque, cuando detecta problemas de circulación, cierra los semáforos y los colapsos se producen en los accesos. «En las últimas lluvias, los autobuses llegaron a estar dos horas en un embotellamiento a la entrada», dijo. Para solucionarlo, reivindicó la creación de carriles bus en los grandes accesos a la ciudad como la CV-35, de forma que el usuario vea que es más rápido y más eficiente ir en transporte público.

En Fepeval, Diego Romà recordó que la nueva Ley de polígonos exige planes de movilidad para subir de categoría y reclamó más conexión de metro y tranvía para las áreas industriales, además de puntos de alquiler y recarga de coches eléctricos y más financiación.

El representante de Ford, José Pablo Rodríguez, consideró que una movilidad inteligente es aquella que permite «el transporte eficiente de personas y mercancías» y avanzó que Ford trabaja en «cómo hacer asequible un modelo de coche eléctrico». Respecto al futuro, consideró que la base es la conectividad. «Si conectas el coche a la red y los transportes, en general, se pueden realizar planes de movilidad con datos reales».

En Lloma Llarga-Valterna, un núcleo de la ciudad impulsado en los años 90, Manuel Merino criticó que es un «caos y una ratonera» por su mala planificación de calles unidireccionales, que queda colapsado con una simple recogida de basura. «Siempre tememos que haya una emergencia», dijo. Por ello, pidió que la futura planificación de La Pinada contribuya a resolver parte de los problemas de acceso, además de pedir una mejora del transporte público.

Vicent Garcia puso encima de la mesa el modelo de Alterna Mobilitat, una red de coches eléctricos de alquiler compartido, que ya tiene más de 300 socios. «Hace dos años que no tengo coche propio y es posible vivir sin él», dijo para reivindicar una red de puntos públicos de recarga para vehículos eléctricos en el área metropolitana y, en el caso de Paterna, en el polígono Fuente del Jarro. Y Nacho Mas valoró que la tendencia futura es que cada vez habrá menos coches en propiedad por lo que hay que desarrollar diversas alternativas: «La solución no pasa por prohibir sino por regular e integrar las distintas soluciones».