Cuatro de la tarde del sábado. Más de 35.000 personas se enfrentaban en toda España (2.856 en València) a uno de los exámenes más importantes de su vida: el necesario para convertirse en un médico, enfermero o farmacéutico residente y poder especializarse en el sistema público. La primera decepción ante el examen (atípico y difícil según los aspirantes al MIR) llegó de la plantilla de respuestas ya que contenía, al menos tres errores, que dificultaban la concreción de las respuestas.

Según han explicado a Levante-EMV opositores al examen -y confirmaron desde el Ministerio de Sanidad ese mismo sábado- en la plantilla de respuestas se duplicaba la línea 190 (no existía hueco para responder a la pregunta 191) y lo mismo sucedía con la respuesta 205, aunque, en esta ocasión, no aparecía la línea para la respuesta 207 y sí la 206.

Advertidos del error una vez se abrieron las cajas, los delegados responsables de las mesas de examen (en València había 48 mesas en los aularios norte y sur del Campus de Tarongers) se dieron instrucciones para que se utilizaran las líneas duplicadas para responder a las preguntas “desaparecidas”. El mal, sin embargo, ya estaba hecho porque el fallo no hizo más que añadir tensión entre los opositores.

Los exámenes, de hecho, se alargaron una media de 15 minutos más por el tiempo perdido en hacer la explicación de cómo contestar por estas “erratas puntuales” según las definieron desde el Ministerio de Sanidad.

En València, el colectivo más numeroso de los 2.856 llamados a examinarse eran los aspirantes al MIR, 1.389 licenciados en Medicina que optan junto a otros 14.088 personas a una de las 6.797 plazas convocadas en toda España para hacer la residencia.