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Análisis

Un café (largo y espeso) con Vox

El presidente de Vox en València se presenta con un ataque a las autonomías

Un café (largo y espeso) con Vox

El entorno cuenta. El lugar elegido para la primera comparecencia de prensa del presidente provincial de Vox en València, José María Llanos, ha sido el Casino de Agricultura de la capital, espacio habitual de la burguesía de toda la vida. Mientras el nuevo líder expone su ideario, el conserje del lugar prepara las barajas para el bridge de la tarde. Detrás de una columna poco visible, una lápida (polémica en el pasado) para honrar a "los caídos por Dios y por España".

A la otra parte, en una sala forrada de madera oscura y repleta de periodistas, lo que obliga a ampliar la mesa del desayuno informativo, Llanos rechaza el calificativo de ultraderecha de un partido, el suyo, que "defiende al 100 % la Constitución". Ultras, se revuelve, serán Podemos y Compromís.

Acatan la Carta Magna pero no significa que no quieran cambiarla. Para eliminar los 17 "miniparlamentos" autonómicos, por ejemplo, que identifica con desigualdad y despilfarro. Como la reforma es compleja, el objetivo realista sería "igualar a los españoles" en educación, impuestos y sanidad.

La autonomía no es su modelo de organización política, queda claro, pero sí defiende en cambio las diputaciones provinciales, que "demostraron su eficacia", afirma, hasta que llegó el Estado de las autonomías.

Llanos asegura que estará en una lista, pero no aclara si será la de la Generalitat o la del Ayuntamiento de València. A finales de febrero, emplaza. Sus palabras desprenden frialdad hacia Juan García Sentandreu, el expresidente de Coalición Valenciana que ahora aspira a ser candidato a la alcaldía de Vox con el apoyo en su campaña de la expresidenta provincial del partido, Cristina Seguí. Precisamente, Llanos destaca de su hoja de servicio el hecho de haber asumido el encargo de Santiago Abascal en diciembre de 2014 de sacar adelante un partido que se había quedado sin cabeza (cuando Seguí abandonó).

Sentandreu, con el que habló hace un año, recuerda vagamente, no le inquieta. Sí, dice, la llegada de gente que pretenda que Vox defienda sus intereses y no al revés. Mensaje de consumo interno.

Llanos, profesor de Derecho Romano de la Universitat de València, admite que el crecimiento rápido, acelerado tras el éxito electoral en Andalucía, ha hecho aparecer "arribistas". "Los hay, y no todos de buea fe. Unos vienen para destruir el partido".

Ya ha habido un par de expulsiones (mejor dicho, negativas a la reafiliación, precisa), pero asegura que los problemas internos, como los surgidos en Torrent, se magnifican.

Las palabras elogiosas son para Rita Corbín Barberá, sobrina de la exalcaldesa, y para el torero Vicente Barrera, aunque no avanza su grado de implicación en futuras listas. Del hijo de Vicente González Lizondo, dice que será cabal "si es como el padre".

Hasta aquí, el orden interno. Lo demás del largo (y espeso) café de presentación tiene que ver con proyectos e ideas políticas.

El mensaje con el que el líder local presenta a Vox suena a apocalíptico: "La última oportunidad de evitar la destrucción de la sociedad".

Llanos resume los objetivos fundamentales en la C. Valenciana, ante un hipotético pacto a la andaluza al que abre las puertas y reiterando que Vox podría ser primera opción de la derecha.

Empecemos por una Conselleria de Familia y sigamos con "acabar con la desmemoria histórica en educación y sanidad" y con la derogación de la ley de Infancia.

Profundicemos en la la "lucha" por el valenciano de las Normes del Puig frente al catalán, ese que se impone en las aulas, dice, y sobre el que llega a sostener que los profesores de las universidades "engañan" con sus planteamientos por la unidad lingüística. "La historia es la que es, y no soy un experto", afirma. "Con la unidad se referirán al latín". Y denuncia el "afán imperialista" de los vecinos del norte.

Hay más. Prosigue con una sanidad universal "bien gestionada" y con externalización de recursos.

Sobre educación, abunda en el distrito único y un cheque escolar que dé la posibilidad a los padres de elegir llevar a sus hijos a una escuela pública, concertada o privada, aunque a la hora de explicar cómo sostener financieramente el sistema, no concreta.

Como guinda, defiende el cierre de À Punt como "innecesario" e "ineficaz". ¿Y RTVE? "No es cuestión mía, pero el argumento es el mismo", responde.

Nótese que entre estas prioridades de acción no hay mención a la inmigración. Rechaza quitarles la sanidad gratuita a los extranjeros ilegales, porque Vox está por "ayudar a todos". No obstante, dice que ha oído de privilegios de los que gozan que habría que eliminar.

La ley de paridad, el pacto contra la violencia machista y la ley Lgtbi son otras normas que critica y que le gustaría borrar, aunque todo dependerá de la fuerza a la hora de pactar, admite.

Se ha pasado la hora, el salón ha de dedicarse a otras actividades y el café se ha enfriado. La presentación se ha acabado. ¿Quedan dudas sobre Vox?

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