Las nuevas tecnologías han confirmado lo que era un secreto a voces: la Virgen de la Sapiencia estaba «embarazada». La tabla de la patrona de la Universitat que els Jurats de València encargaron al pintor Nicolás Falcó para el retablo de la capilla del Estudi General en 1516 fue concebida por el autor con una iconografía muy diferente a la que finalmente dio a la obra.
La posición antinatural del Niño, que parece flotar sobre el manto de la virgen, su color más verdoso y una de sus manos más grandes de lo normal hacían pensar que Falcó cambio su diseño sobre la marcha.
Hace un año, la Universitat encargó un estudio exhaustivo sobre el proceso de creación de la obra de arte fundacional de su patrimonio, que hoy según el vicerrector de Cultura, Antonio Ariño, suma «más de un millón de bienes». La tabla ha sido analizada con infrarrojos, reflectografía y radiografías, todos ellos métodos no invasivos que han permitido identificar los dibujos subyacentes. Esta investigación revela que inicialmente Falcó representó a la virgen embarazada, «con un sol dibujado en el vientre que no llegó a dorar nunca», explica Ariño.
El sol en la tripa es un tema habitual de las vírgenes de la Sapiencia del gótico, pues se les presenta como «casa de la sabiduría» en la que el astro rey es Cristo, fuente de todo el saber. En cambio, si la virgen aparece con el Niño en el regazo es «trono de sabiduría», algo más al gusto del estilo del renacimiento italiano que comenzaba a imponerse a principios del siglo XVI. El hecho de que Falcó pintara a San Lucas (patrón de la Universitat) y San Nicolás de Bari (patrón de los estudiantes) en sagrada conversación a los pies de la virgen, algo muy al gusto italiano, podía haberle llevado a readaptar la composición a las nuevas maneras. Todo este análisis se explicará en un libro que está a punto de publicar la UV.
